El Gourmet Urbano: Alex Arcas (@emocionalex): La erótica del comer en 5 sentidos.

sábado, 26 de marzo de 2011

Alex Arcas (@emocionalex): La erótica del comer en 5 sentidos.


 

 
“Sin Baco y Ceres, Venus se enfría” No hay sentencia más cierta cuando nos referimos al acto del comer y del beber en relación con el sexo. Posiblemente no sean componentes esenciales para muchos, pero sí muy importantes a la hora de la seducción.
 
 
El oído.
 
Hace un par de años, en un pequeño café de mi Barcelona natal, encontré uno de esos libros llamados de cabecera que realmente me sorprendió. Es un libro de recetas, recopiladas a principios del siglo XX por una prostituta parisina. Las recetas están acompañadas por pequeñas anotaciones, observaciones y recuerdos. Platos como “Habitas a la pérfida ajedrea”, “Culitos bretones a la sidra”, “El vientre de Venus” o “Pechos de fresa” nos hace ver que todo empieza con el oído. En mis cartas siempre intenté introducir un componente erótico, un tanto subliminal a veces, más descarado en otras -como “La cuchara fría de Miró” un helado de higos frescos con virutas de jamón ibérico y aceite de oliva extra virgen-.
 
La vista.
 
En estos días se celebró en La Laguna (Tenerife) una exposición de fotografía muy interesante. “Del bodegón al Porn Food” muestra en 50 imágenes el alto contenido erótico de algunos elementos usados en la cocina, desde unos duraznos o melocotones, pasando por un simple huevo o unos helados con colores y formas muy insinuantes. Mi preferida fue una foto de Mikel Alonso (fotógrafo habitual de los platos de Arzak) donde la fotografía reflejaba un triángulo de vello púbico confeccionado con hebras de azafrán. Todo esto me hace recordar una de mis últimas creaciones, unos caracoles (escargots) sin conchas, trinchados en un palo de bambú y chorreadas con una mahonesa trufada ¿Lo imaginan?
 
El Olfato.
 
Una película inolvidable: “La joven de las especias” ("The mistress of spices") es una sensual fábula sobre los conflictos románticos y personales de Tilo, dueña de una pequeña tienda de especias. Viendo esta película, se rememoran esos olores que guardamos en el subconsciente y que nos despiertan recuerdos olvidados. Un simple olor como el de la leche condensada nos excita y nos hace salivar, por no hablar del olor de una cocina en plena efervescencia de aromas que nos abre la mente, la imaginación, la creatividad, y no precisamente sólo para cocinar. La transcendencia de los aromas de mis “falsos soufflés de langostino con ajo asado”, al salir del horno, son una experiencia: todo el mundo voltea y cambia la expresión, se llenan de pasión, de sensualidad. Hasta el silencio se vuelve protagonista
 
El gusto.
 
“Oh Sabor, Sabor a fresa y a limón, a mermelada de miel de abejas sabes. Oh sabor, sabor de rojo melocotón sabe tu piel cuando te beso…” Canta Rosario Flores -aunque esa combinación de sabores es un poco extraña, no creo que me gustara-. Como yo soy de los que piensa que “con la comida SI se juega”, creo firmemente en la experimentación de la mezcla de sabores. Jugamos a erotizar al comensal con platos sorprendentes, de múltiples sabores y atrevidas combinaciones. Esto predispone a todo tipo de experiencias más allá de la comida. Yo les propongo este “juego” aprovechando las fresas de la canción: “Fresas maceradas en vinagre de Jerez y azúcar con chocolate y cilantro fresco”. Luego me cuentan.
 
El tacto.
 
Ese se lo dejo a ustedes para después de una erótica y sensual cena.
 
Alex Arcas
Cocinero



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