El Gourmet Urbano: No es lo mismo brandy que coñac, ¿o sí?

jueves, 10 de diciembre de 2015

No es lo mismo brandy que coñac, ¿o sí?

Aunque el nombre de esta bebida deriva de un vocablo holandés, el brandy en realidad tiene un origen español. Esta bebida es el aguardiente que se obtiene de la destilación del vino. El vino que no servía para consumirse, llamado vino de quema, era destilado y de ahí salía el aguardiente.


Adopta un nombre holandés porque, aunque se producía en la Península Ibérica, su principal mercado era Holanda. De hecho, a los destilados de estos vinos jóvenes de quema se les conoce todavía como holandas y el brandy, propiamente dicho, se forma con el añejamiento de ese aguardiente.

Cuando se habla de brandy se habla del brandy de Jerez, ya que es el brandy español el que rige el mercado actualmente, aunque este aguardiente se hace en muchos lugares. El famoso pisco peruano, por ejemplo, es un tipo de brandy: un aguardiente de uva que se hace con el vino fermentado de algunas uvas específicas de la región, característica que le da su denominación de origen (y la posibilidad de 'ser puesto en otra canasta').

Y el coñac


Existe otro gran brandy y es el que se hace con uvas de la región de Cognac, en Francia (de ahí que se llame coñac). Este aguardiente se hace exactamente igual que el brandy de Jerez, sólo que para su fabricación se usan exclusivamente uvas de esta región francesa, lo cual le da su denominación de origen.

El brandy, por su parte, tiene una denominación comercial relacionada con los procesos que se llevan a cabo para su producción, lo cual permite que haya brandy de cualquier lugar del mundo (aunque si van a beber brandy solo, lo más recomendable es el brandy español o en su defecto, el francés de Armagnac.

Los demás brandys del mercado habría que evitarlos a menos que se usen en la preparación de coctelería).

Las diferencias


Cada tipo de brandy y de coñac se distingue de otros por su tiempo de añejamiento y las barricas utilizadas para el mismo. En realidad es imposible decir cuál de estas dos bebidas es “mejor”, ya que hay brandys mejores y más finos que muchos coñacs y viceversa.
Hay quien prefiere los brandys españoles al coñac, ya que éste puede percibirse un poco más ácido por la uva que utiliza. Por supuesto que un coñac L’Or será infinitamente mejor que un brandy de cinco o menos años de añejamiento, pero descartando estas obviedades, la preferencia dependerá del paladar y gusto de cada quien. Lo cierto es que los conocedores saben que no hay nada mejor que un buen brandy acompañado de un café después de comer o para calentar una noche de invierno.
Para quienes nunca han tomado brandy derecho y quieren empezar, nuestra recomendación es que pidan un Cardenal de Mendoza o un Gran Duque de Alba, ambos de Jerez. Se trata de bebida que aún no alcanzan precios estratosféricos y que, aunque no son los mejores, superan al conjunto de brandys corrientes que se encuentran en el mercado. Prueben alguno con un buen café, en sorbos pequeños, degustándolo. Si lo aprecian, ya podrán empezar a buscar alguno con más años de añejamiento. Salud.

Sofía Sarabia

Fuente: Univisión

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