Francia, el primer país vitivinícola del mundo, quiere hacer frente a la difícil competencia de los vinos del Nuevo Mundo usando las mismas armas: poniendo el acento en las cepas y no en la región de procedencia del vino.
A diferencia de los países que emergen en el mercado del vino, la tradición en Francia ha sido siempre la de identificar un vino con un terruño o una región, en vez de con la cepa del vino como la del Merlot, Pinot o Cabernet (vino tinto), o el Chardonnay (vino blanco).
"El objetivo es simplificar la oferta francesa alrededor de los vinos que tendrán una marca, un gusto, un origen nacional, con una constancia de calidad como hacen los países del Nuevo Mundo", explicó René Moreno, presidente de Anivin, una asociación que reúne productores y negociadores de vino centrados en la exportación.
"El objetivo es simplificar la oferta francesa alrededor de los vinos que tendrán una marca, un gusto, un origen nacional, con una constancia de calidad como hacen los países del Nuevo Mundo", explicó René Moreno, presidente de Anivin, una asociación que reúne productores y negociadores de vino centrados en la exportación.
Históricamente Francia ha promovido siempre sus "apelaciones" en territorios, a veces minúsculos, en base a su imagen de gran calidad y no se ha preocupado en lo más mínimo de hacer su producción más comprensible para los consumidores que, la mayoría de las veces, no son grandes expertos.
De eso se han aprovechado, según la recién creada asociación francesa, los productores del Nuevo Mundo que destacan las cepas para crear consumidores fieles.
Por ejemplo, el vino chileno se ha puesto de moda y ha adquirido letras de nobleza gracias a una vieja cepa de Burdeos (centro de Francia) –el carmènere- que hace muchos años desapareció totalmente de esa región debido a una plaga y que se redescubrió en Chile en 1981.
"En una generación hemos perdido de 20 a 30% cuotas de mercado debido a la penetración de los vinos del Nuevo Mundo”, reconoció Bertrand Praz, responsable de compras de Grands Chais de France, la firma que lidera en Francia la exportación de vinos y licores.
En el 2009, las exportaciones de vinos franceses cayeron un 19%, situándose en los niveles de hace diez años, según las cifras de Ubifrance, la agencia francesa para el desarrollo internacional de las empresas.
"En una generación hemos perdido de 20 a 30% cuotas de mercado debido a la penetración de los vinos del Nuevo Mundo”, reconoció Bertrand Praz, responsable de compras de Grands Chais de France, la firma que lidera en Francia la exportación de vinos y licores.
En el 2009, las exportaciones de vinos franceses cayeron un 19%, situándose en los niveles de hace diez años, según las cifras de Ubifrance, la agencia francesa para el desarrollo internacional de las empresas.
Desde el 2009, Anivin tiene la misión de reconquistar esos mercados perdidos teniendo en la mira a los vinos australianos y californianos que, en los últimos años, han erosionado la cuota de mercado de los vinos franceses en países consumidores tan importantes como Gran Bretaña y Alemania.
Según esta nueva estrategia, los profesionales franceses pueden mencionar en las etiquetas el nombre de la o las cepas (Chardonnay, Cabernet-Sauvignon, Merlot...) como lo hacen ya, desde hace varias décadas, los vinos de Argentina, Chile, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y África.
"El nombre de la cepa se convirtió en un referente imprescindible para la pedagogía del consumidor que empieza a descubrir el vino por el camino de la degustación”, subrayó Moreno.
Destacó que el cliente debe de tener elementos para saber si prefiere un "Sauvignon, vino blanco seco" o un "chardonnay, vino blanco más redondo".
Destacó que el cliente debe de tener elementos para saber si prefiere un "Sauvignon, vino blanco seco" o un "chardonnay, vino blanco más redondo".
“La nueva estrategia concierne a los vinos franceses menos caros que no se benefician de una marca de calidad, como por ejemplo los vinos AOC que serán vendidos a la exportación bajo la mención ‘vino de Francia’ ”, explicó Moreno.
"Es como una marca de gran consumo, Apple o Coca-cola", señaló Valerie Pajotin, directora de Anivin. Esta evolución se produce luego de reformas efectuadas en Bruselas en el 2008, que flexibilizaron las reglas del juego. Gracias a esta reforma, las casas que negocian vino tienen la posibilidad de reunir cepas de diferentes regiones para "permitir más creatividad, más flexibilidad para adaptarse a las demandas del mercado", agregó.
Francia también va a combatir los vinos del Nuevo Mundo en el campo de los precios, proponiendo tres niveles (premium, medio y de base) con precios de entre 3 y 10 euros.
Vía: Diario del Vino
Ricardo E. Brizuela
Argentina.
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