“Expertos reunidos en el congreso de sexología celebrado en Alicante han coincidido en que el vino es un excelente aliado de la actividad sexual por sus cualidades vasodilatadoras”
Se sabía de sus cualidades antioxidantes y de su beneficio para el corazón. Pero las virtudes del vino van más allá. Si esta bebida "ha demostrado ser una buena amiga del corazón, también lo es del pene" y en menor medida "del clítoris y la vagina", asegura José Luis Arrondo, jefe de la sección de Andrología del Hospital de Navarra. Arrondo participó en el XV Congreso Latinoamericano de Sexología y Educación Sexual que se celebró en Alicante.
Siempre bajo la premisa "de un consumo moderado", el vino puede ser un excelente aliado de la actividad sexual por una sencilla razón. "Está demostrado que es un excelente vasodilatador", es decir mejora la llegada de la sangre a todas las zonas del cuerpo, "lo que sin duda favorece la erección".
Pero el vino no sólo sienta bien a la salud sexual de los hombres. En el caso de las mujeres, "se produce un aumento de estrógenos y, por tanto, del deseo sexual". Pero como en todo, entre el vino y el buen sexo también existe una delgada línea que puede llevar a que la situación se vaya al traste. "Siempre hay que beber con moderación, los médicos recomendamos tres copas diarias para los hombres y dos para las mujeres".
¿Blancos, rosados o tintos A la hora de escoger un vino, centrándonos en sus virtudes para la sexualidad, el doctor José Luis Arrondo lo tiene claro. "Sin duda el vino tinto es el más indicado, ya que posee más beneficios cardiovasculares que el resto de caldos y por tanto ofrece una mayor protección del aparato genital". Quizá de estas virtudes de nuestros vinos proceda la fama "de buenos amantes que tenemos en toda la cuenca del Mediterráneo". Lo que sí está demostrado "es que en los países consumidores de vino se registran menos infartos de miocardio".
Aunque en una cena romántica no puede faltar una botella de vino tinto, los blancos "tampoco hay que despreciarlos, sobre todo para los preámbulos". Y es que la cocina puede llegar a ser "un sitio muy erótico", por lo que merece la pena descorchar una botella de blanco "mientras se prepara la cena". En cuanto a los rosados, mejor dejarlos para un encuentro con amigos "por su carácter alegre y afrutado". ¿Y si se trata de una cena con la que queremos dar carpetazo a alguien "Un brick de vino de supermercado y punto".
Por último, los expertos destacan que el poder sexual del vino empieza desde "el mismo momento en que se descorcha la botella".
P. ALBEROLA ALICANTE
Fuente: levante-emv.com
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