Me gusta el ajo. El sabor que éste le aporta a la comida no lo he conseguido, sin intención de menospreciar el sabor de otras especias, en ningún otro condimento. Pero resultaría incompleto un platillo de mi preparación sin un toque de ajo. Es más, hay platos que no tendrían sentido sin él. ¿Cómo preparamos unos camarones al ajillo con vino blanco sin ajo?
Como Gourmet también conozco la importancia del ajo en la cocina desde tiempos remotos. Muchas cocinas tienen al ajo como uno de sus ingredientes principales, como el caso de la comida mediterránea. También se usa en otras cocinas, en mayor o menor grado; pero el ajo es un bulbo que, de una u otra forma, está presente en la gastronomía mundial.
A la hora de comprarlo es importante que las cabezas de ajo estén muy firmes, con la envoltura seca y que no contengan brotes. Las mejores son las apretadas, que cuentan con un mayor peso; y para una perfecta conservación, se recomienda mantener los ajos en un lugar fresco y seco. De esta manera se evita su germinación. El ajo es un alimento que aguanta bien mucho tiempo.
Beneficios y tipos de ajo
En la historia del hombre, el ajo fue utilizado por los egipcios por sus propiedades terapéuticas: para reforzar las energías y de sanación. En nuestros tiempos, el ajo es muy recomendado para todos aquellos que sufren de la tensión arterial, taquicardia y arteriosclerosis, problemas de azúcar y colesterol. Aumenta las defensas del cuerpo previniendo de ciertos hongos, virus y bacterias. Es antiinflamatorio y se emplea para atacar los problemas respiratorios. Como el ajo es anticoagulante, no es recomendable en caso de intervenciones quirúrgicas, o si se tienen problemas de coagulación.
Los tipos de ajo que podemos encontrar en el mercado son varios y todo Gourmet Urbano sabe diferenciarlos por sus características, olor y sabor.
Ajetes: Muy parecido al cebollín. Son los ajos más blandos que recién comienzan a brotar. Poseen un sabor menos fuerte que el ajo blanco
Ajo blanco: Es el más común en los supermercados. De sabor y aroma fuertes, suele consumirse seco. Tiene bastante carne.
Ajo morado: recibe ese nombre porque la película de papel que lo recubre es de color morado. Son más tiernos que los anteriores.
Fue justamente este ajo morado el que me animó a escribir el artículo. Me gusta usarlo en ensaladas, bien picadito, porque le da ese toque de ajo sin ser tan fuerte como el blanco. Además no cruje al ser masticado como los otros por ser más blando. Pero más allá de eso los invitó a leer la fuente de este escrito. Habla de una reciente investigación realizada en la Universidad de Castilla-La Mancha que ha logrado demostrar que el ajo morado es fuente de propiedades medicinales y terapéuticas. Es una investigación muy completa y seria en las que se demuestra los poderes antibióticos de la alicina que se extrae del ajo. También el estudio demuestra la relación del ajo y la helicobácter pylori -bacteria responsable de la gastritis, de la úlcera de estómago o de procesos cancerígenos- y de sus increíbles beneficios que “superó las expectativas iniciales”. Los beneficios están ya demostrados. Queda que extraigan los componentes requeridos para utilizarlos en la medicina.
Pero como buenos Gourmets Urbanos que somos, nuestra preferencia estará en la comida y en el sabor que el ajo le brinda a la misma. Así que a seguir preparando delicias gastronómicas con ajo (morado) seguros de recibir muy buenos beneficios para la salud.
Secreto Gourmet. Muchos limitan el consumo del ajo por el mal aliento que deja y porque, a algunas personas, puede caer mal y hacerles repetir la comida. Pues les daré un secreto que me dio una gran amiga-madre Chef: quítenle la raíz y quédense solo con la carne del ajo. Verán como disfrutan de su platillo sin sufrir del mal aliento, sin el malestar de repetir el plato y sin haber sacrificado el sabor de la comida.
¡Buen apetito!
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