Mis dos abuelas fueron dos mujeres maravillosas, ambas de avanzada edad, cada una en su estilo y con culturas diferentes: mi abuela materna, andina de pura cepa (San Cristóbal – Edo. Táchira), y mi abuela paterna, oriental también de raza pura(de La Vecindad en Margarita al norte de Santa Ana – Edo. Nueva Esparta)
Mi abuela materna fue siempre una mujer adelantada a su época, siempre interesada por estudiar, por aprender, por estar a la moda. Recuerdo que formó parte de la primera promoción de Licenciados en Letras de la desaparecida Universidad de la Tercera Edad, y siempre con un poema, un acróstico o una canción para cada acontecimiento de la familia. De ella recuerdo, además de su alegre carcajada, su practicidad en la cocina. No era la típica abuelita haciendo recetas complicadas que había aprendido de su mamá. ¡Para nada! Mientras más sencillo y fácil fuera, mejor. Por ello su exquisito Ponche Crema tenía como base un flan de cajita -pero eso no significaba que no quedara divino- el cual nos daban a los más pequeños sin alcohol y nos encantaba.
Para preparar el Ponche Crema de mi “Chuny” (así le decíamos porque eso de abuela no iba con ella) necesitamos:
· 2 Latas de leche condensada
· 2 Paquetes de Flan de 170 grs.
· Vainilla al gusto
· 3/4 Litro a 1 Litro de ron oscuro
Lo primero que debemos hacer es preparar el flan siguiendo las instrucciones del empaque y lo dejamos cuajar en la nevera en un recipiente adecuado.
Una vez que esté cuajado, lo vaciamos en la licuadora y agregamos lentamente la leche condensada, la vainilla y por último el ron. Debemos ir probándolo a medida que agreguemos los ingredientes para lograr el sabor que más nos guste, ya sea más dulce o más fuerte en ron.
Finalmente colamos la mezcla y lo vaciamos en una botella. Dejamos enfriar en la nevera para luego disfrutarlo con familiares o amigos.
A mi abuelita paterna la disfruté menos, pero de ella aprendí la economía y el aprovechamiento de los recursos en la cocina. Por ejemplo, de una piña ella sacaba infinidad de productos: pasando por el quesillo, delicada, conservas y jugos, hasta la concha. ¡Su Ponche Crema era divino! Me robaba copitas o me tomaba los poquitos que dejaba mi mamá porque siempre tenían alcohol y a los más pequeños no nos daban. Recuerdo que lo preparaba con yemas de huevo, leche condensada y ron. Esa receta no la pude aprender completa en su momento, pero un día probé el Ponche Crema que hace mi amiga Gabriela Aponte y experimenté un “flashback”. Era idéntico al que recordaba de mi abuela y así logré recuperar la receta. Cuando mi papá lo probó confirmó que esa era la fórmula que también empleaba mi abuelita.
Para preparar el Ponche Crema de mi abuelita Carmen necesitamos:
· 4 latas de leche condensada
· 16 yemas de huevo
· 1 litro de ron oscuro
Lo primero que debemos hacer es pasar por un colador las yemas de huevo, para de ésta manera separar la membrana que las recubre y que son las responsables de ese “sabor a huevo” particular.
Luego procedemos a licuar las yemas con la leche condensada.
La mezcla de la leche condensada con las yemas la colocamos en una olla y la llevamos al fuego y cocinamos sin dejar de mover con una cuchara de madera. Debemos asegurarnos que no hierva para evitar que la mezcla se corte.
Una vez que espese lo retiramos del fuego y lo dejamos enfriar.
Cuando esté frío lo volvemos a licuar y vamos agregando el ron. Debemos ir probando para lograr el punto de acuerdo a nuestro gusto.
Pasamos la mezcla por el colador y luego la vaciamos en la botella. Las dejamos enfriar en la nevera para poder disfrutar de esta bebida tradicional.
Con estas ricas recetas para preparar estas dos versiones de Ponche Crema podrán disfrutar de una Feliz Navidad en familia por largo tiempo.
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