domingo, 3 de abril de 2011
Kian Ly Barrios (@kianlybhung): Vivir: Placer o deber.
“Mi alma serpentea cómodamente entre la tierra y la arena. Hay un placer mayor en recoger una perla pequeña entre las cenizas que en mirar una más grande en la vidriera de un joyero” Lin Yutang
Habiendo recibido como regalo de manos de un buen amigo “La importancia de vivir” de Lin Yutang, considero que es una de esas lecturas que se comienzan, se terminan, y hay que dejarlas cerca para retomar sus líneas en cualquier momento, pensamientos ajenos que o son compartidos por nosotros, o pasan a formar parte de los propios. Lectura agradable, amena conversa acerca de la filosofía de vida china de una manera accesible a la comprensión del occidental.
No importando la base de la educación que se haya recibido o las creencias particulares, la vida se vive. Es un deber ser ocuparse de uno mismo para que sea una experiencia placentera. El compartir, el disfrutar, el reír, el crecer, el acumular vivencias, el aprender de las mismas. Sólo, con la familia, la pareja, los hijos, los amigos, los compañeros. Cada momento pasa a ser una experiencia y es una opción individual cómo se internalice.
Aquí unas palabras tomadas del capítulo V: La vida humana como Poema.
“Creo que, desde un punto de vista biológico, la vida humana es casi como un poema. Tiene su ritmo y su cadencia, sus ciclos internos de crecimiento y decaimiento. Comienza con la inocente niñez, seguida por la torpe adolescencia en la que trata desmañadamente de adaptarse a la sociedad madura, con sus pasiones y sus locuras juveniles, sus ideales y ambiciones; luego llega a la virilidad de intensas actividades, aprovechando la experiencia y aprendiendo más sobre la sociedad y la naturaleza humana; en la edad madura hay un leve aflojamiento de la tensión, un endulzamiento del carácter como cuando madura la fruta o se hace más suave el vino bueno, y la adquisición gradual de un criterio de la vida más tolerante, más cínico y a la vez más bondadoso; entonces, en el ocaso de nuestra vida, las glándulas endocrinas disminuyen su actividad, y si tenemos una verdadera filosofía de la ancianidad y hemos ordenado el patrón de nuestra vida conforme a ella, es ésta para nosotros la edad de paz y seguridad y holganza y contento; finalmente, la vida se apaga y llega uno al sueño eterno, para no despertar jamás. Deberíamos ser capaces de sentir la belleza de este ritmo de vida, de apreciar, como hacemos en las grandes sinfonías, su tema principal, sus acordes de conflicto y la resolución final. Los movimientos de estos ciclos son casi siempre iguales a los de la vida normal, pero la música debe ser dada por el individuo mismo. (…) Hay, a veces, en muchos de nosotros demasiados ataccatos o impetuosos, y porque el tiempo va mal, la música no es agradable al oído; podríamos tener algo más del grandioso ritmo y el majestuoso tiempo del Ganges, que afluye lenta eternamente al mar. (…) Shakespeare ha expresado esta idea más gráficamente en su pasaje acerca de las siete etapas de la vida, y un buen número de escritores chinos han dicho casi lo mismo. Es curioso que Shakespeare no fuese nunca muy religioso, ni muy interesado en la religión. Creo que ésa fue su grandeza; tomaba la vida humana casi como era, y se entrometía tan poco en el plan general de la cosas como en los personajes de sus obras. Shakespeare era como la Naturaleza misma, y éste es el mayor elogio que podemos hacer a un escritor o un pensador. No hizo más que vivir, observar la vida y marcharse”.
Para contribuir con el placer de vivir, pensamientos y reflexiones serán acompañados por un tinto de abolengo y una obra cuyos solos exigen apreciar cada nota, cada acorde, cada cadencia, en aras de acompañar tan exquisito caldo.
El vino
Bodega de historia, crecimiento, renovación y entrega a su pasión vinícola: Vega Sicilia, casa de tradición, inició la etapa actual de trabajo cuando pasa de manos venezolanas a manos españolas en 1982.
Dos de sus productos insignes, Único y Valbuena, nacen en 1915 bajo el método de la Rioja para la época: envejecimiento en barricas y embotellado según pedido. Las primeras botellas no eran vendidas, sino obsequiadas. Altamente cotizadas, porque era la amistad no el dinero lo que permitía ser dueños de tan exquisitos caldos. Durante esa época hubo cambios importantes como seguimiento de las técnicas bordelesas, adquisición de nuevas barricas, y especial dedicación a la limpieza de los lagares.
Hace 18 años se funda Tokaj Oremus, otro de sus vinos emblemáticos.
La rigurosa elaboración de un VS viene desde sus racimos. Controlados al máximo en su temperatura, su población por H2, su poda, para lograr una gran concentración de nutrientes y elementos minerales en el viñedo.
Hay una gran pasión en la vinificación para lograr un caldo exquisito.
Para el vino que escogí en esta ocasión, el Vega Sicilia Único 1999, el proceso de fermentación dura unos 15 días, la madurez óptima de la uva facilita la extracción de color y taninos, esto en depósitos de roble. Luego, para la FML se lleva directamente a unos tinos de roble de conservación durante 21 meses. La crianza en barrica comienza en tinos y luego pasa a barricas, el vino va rotando de barrica nueva (20 meses) a barrica (17 meses en barrica envinada) cada vez más usada con el objetivo de conseguir un equilibrio perfecto entre el vino y la madera. Una vez que esto se ha logrado, los vinos reposan en grandes envases de madera (24 meses) que los prepararán para su posterior embotellado.
El resto de su proceso de creación en botella hasta su comercialización
Vega Sicilia entonces es vino con personalidad y alta calidad, de producción limitada. Es un vino con acento antiguo y señorial, elegancia, finura, complejidad, y gran capacidad para mantenerse en botella.
Quiero dejar unas palabras para compartir el momento mágico de mi visita a VS. El recorrido actual de la bodega VS comienza en el jardín, un jardín zen. Lo recorro, piedra a piedra, diferentes arbustos, árboles, nada de flores (estamos en pleno invierno, con suave nevada), hasta bambúes, y el por qué del jardín y de cada elemento que lo conforma.
De ahí se pasa al taller donde elaboran sus propios toneles. Toda una experiencia. El joven tonelero nos hace una demostración de su talento. Luego, a la bodega a escuchar el proceso de vinificación. La barricas, los tanques de cemento, todo cobra vida a través de una maravillosa explicación.
Una vez visitadas las barricas de guarda, se pasa a la casa. Ambiente donde se detiene el tiempo, entre tonos pasteles, decoración regia y esculturas antiguas, se llega hasta la sala de cata. Entre los exquisitos caldos que tuve a bien degustar, el Vega Sicilia Único 1999.
La Cata.
Con un 90% de tinto fino o tempranillo y un 10% de cabernet sauvignon, lo que otorga finura, riqueza de aromas y calidad en el vino nos recibe con un color cereza que sencillamente hechiza. La madera totalmente presente, y aromas que juegan con la memoria: frutas compotadas, especias una canela una pimienta, notas mentoladas. En boca es intenso sin ser agresivo, elegante, persistente, estructurado, post-gusto de fruta, tabaco, mentol, madera. Complejidad y persistencia aromática en una joya de Baco.
La armonía.
Continuando las notas que denotan complejidad, misterio, belleza, esa paleta de color y aromas que otorgan placer visual, olfativo y gustativo escuchemos el segundo movimiento - Adagio - para guitarra y orquesta del Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo.
La pieza.
De conocimientos sumamente amplios en la literatura y la música, Joaquín Rodrigo, genio musical, fue un destacado pianista y compositor. Su pérdida de la vista a la corta edad de 3 años no fue impedimento para desarrollar una amplia cultura. Dejó obras para cuerdas, duetos para violín y piano, composiciones corales, piezas orquestales. Su primer concierto para guitarra y orquesta fue el Concierto de Aranjuez, estrenada en Barcelona en 1940, que ha sido su tema más interpretado y versionado.
Un concierto para guitarra y orquesta tiene la estructura del concierto clásico, 3 movimientos, donde el desempeño del solista debe ser majestuoso y brillante.
Deleitémonos con el Adagio.
En palabras de Rodrigo, el 2º movimiento «representa un diálogo entre la guitarra y los instrumentos de solo».
El tema principal del Adagio es presentado por un corno inglés, instrumento derivado del oboe, con acompañamiento de la guitarra. Luego es repetido por la guitarra, quien toma el protagonismo, bastante adornada esta sección. Sumamente conocido este pasaje. Como para cerrar los ojos, paladear el caldo, sentir sus aromas y dejarse llevar de la mano por el corno y el tañir de la guitarra. Diálogo entre corno y guitarra se repiten, y el fondo orquestal se integra. Se disfruta un diálogo entre los solos de guitarra, corno, oboe, fagot en el transcurso de la melodía. Las intervenciones de las cuerdas es muy rica, sutil en unos pasajes, intensa en otros. Conversación entre la sección de cuerdas, un solo, la sección de vientos, otro solo. Interviene un violoncello, la orquesta brinda una cálida armonía, una flauta hace su representación delicada. El final es majestuoso, vibrante. Sigamos paladeando y descubriendo secretos del vino, mientras el virtuosismo de la ejecución del concierto nos deja en silencio. He escogido la interpretación de Narciso Yépez, uno de los máximos exponentes de la guitarra clásica, gran ejecutante de la guitarra de diez cuerdas:
http://www.youtube.com/watch?v=RxwceLlaODM&feature=related
Kian Ly Barrios Hung
Sommelier
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