lunes, 4 de abril de 2011
Mariángel Paolini (@laqueenstars): Alimentos funcionales 1: Probióticos y Prebióticos
Posiblemente, el término Alimentos Funcionales (AF) les parezca ajeno a muchos de ustedes; sin embargo, estoy segura que la mayoría los consume a diario sin saberlo. Aún cuando no hay consenso para definir a estos productos, un AF es todo aquel que, además de su aporte nutricional, otorga beneficios a la salud de quienes lo consumen. En un principio se decía que para que un alimento fuera catalogado como funcional debía tener las propiedades terapéuticas en su forma natural; sin embargo, actualmente se admiten productos procesados en esta categoría.
¿Consumes yogurt con regularidad? Pues te digo que el yogurt es uno de los AF más antiguos, ya que su contenido de bacterias estimula el equilibrio de la flora intestinal. Las bacterias ácido lácticas (BAL) son las responsables del proceso de fermentación durante la producción del yogurt, pero además tienen la capacidad de llegar vivas al intestino grueso, ayudando a restablecer cualquier alteración. Las BAL son las bacterias probióticas más antiguas y su definición proviene de esa capacidad para estimular el crecimiento de otras bacterias.
Muchos médicos recomiendan consumir yogurt durante la administración de tratamientos con antibióticos, ya que ayuda a prevenir los indeseados cuadros de diarrea tan comúnmente asociados a algunos tratamientos. Asimismo, cada vez es más frecuente escuchar que los especialistas recomiendan el consumo de yogurt durante enfermedades del tracto intestinal y otras infecciones, ya que está comprobado que los probióticos favorecen la mejoría de los pacientes.
Además de las BAL, las Bifidobacterias también son probióticos que pueden ser añadidos a algunos alimentos para imprimirle propiedades funcionales, así algunos quesos madurados y otras bebidas lácteas fermentadas pueden tener efectos potencialmente beneficiosos para la salud. Actualmente, muchas fórmulas infantiles reportan en su etiqueta el contenido de Bifidobacterias, pues está demostrado su efecto protector contra el rotavirus y otros síndromes diarreicos.
Por su parte, los probióticos son carbohidratos no digeribles que sirven de alimento a los probióticos, en un equilibrio muy favorable para la salud intestinal. Si al revisar las etiquetas de los alimentos encuentran la leyenda “contiene fibra dietética”, ese producto seguramente contiene probióticos. Los beneficios de la fibra dietética están ampliamente difundidos, pues favorecen la motilidad intestinal y están asociados con dietas para disminuir el colesterol.
Otras fuentes de probióticos son los fructo-oligosacáridos (FOS) especialmente la inulina, propia de vegetales como la achicoria, bardana, ñame, ajos y cebollas. Sin embargo, lo más interesante de la inulina es su poder para endulzar y para sustituir las grasas en helados y otros productos lácteos, y dado que no es digerible, es un ingrediente muy preciado en la formulación de alimentos ligeros.
En pocas palabras, los probióticos y los prebióticos son ingredientes necesarios en nuestra dieta básica, pero a la vez tienen un efecto saludable sin precedentes, así que traten de incluirlos en sus comidas siempre que les sea posible.
“Haz de tu alimento tu medicina” Hipócrates
Hasta la próxima.
Mariángel Paolini
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1 comentario :
Hola, las sustancias no vivas (FOS, fibra, Carbohidratos) usadas para ayudar a los probioticos, se les llama prebioticos...creo que hubo un pequeño laxus en el
uso del término, sin ánimos de molestar. El tema de los alimentos funcionales me parece excelente...buena idea. Éxitos
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