En mi entrega anterior los invitaba a experimentar en el mundo gourmet, pero algunas veces probar cosas nuevas estando solo deja como un sabor de boca amargo al ser una experiencia un tanto incompleta. Hay quienes creen que el mundo gourmet se trata de comprar lo más caro del mercado y probarlo sólo en grandes cantidades para extraer todas sus características. Yo en cambio, creo que el mundo gourmet se hizo para compartir no solo el manjar, el caldo exquisito, etc. sino también los conocimientos y virtudes que posean de lo que se está probando. De experiencia propia, les cuento que al comenzar a entrar en el mundo del vino todo lo hacía solo. Iba a catas solo, compraba mis utensilios y vinos solo, leía libros solo, entre otras cosas, y aunque disfrutaba lo que hacía sentía que debía expresar todo eso delante de alguien más. Fue entonces cuando decidí interactuar más con la gente en las catas, comencé a armar yo mismo catas para mis amigos, participé en eventos multitudinarios de productos gourmets como aperturas de restaurantes y bodegones, encuentros gastronómicos y exposiciones.
De todas estas experiencias surgieron, en mi caso, 2 grupos de personas a las cuales hoy considero mis amigos y compañeros del área gourmet. Los subdivido por dos sencillas razones, su nivel de conocimiento en el área y su contemporaneidad con mi persona. Uno de esos grupos está formado por gente mayor que yo, con una vasta experiencia en el mundo gourmet, incluyendo profesionales del área y enófilos. El otro, en cambio, son personas que rondan mi edad y que se están iniciando en el área o pertenecen a una sola especificidad y buscan ampliar su conocimiento.
Ahora, usted se preguntará, ¿y de qué me sirven estos amigos nuevos? Pues de mucho. Al uno no ser profesional peca mucho de repetir lo que escucha, esté bien o mal. Grupos como estos lo ayudan a uno a conocer, si no la verdad absoluta por lo menos un conocimiento ya filtrado por personas que ahora leen por separado y comparten lo que leyeron. Personas que cuando se reúnen a degustar una botella de vino o probar un nuevo plato sugerido ahora discuten de los sabores que sintieron, de los aromas que captaron y dan una evaluación más objetiva y grupal a lo que se está probando.
Es entonces en ese momento cuando usted comenzará a conocer términos nuevos, reconocerá aromas y sabores que nunca antes había sentido, entenderá reglas y protocolos del mundo gourmet que muchas veces son mal llevados de generación en generación dependiendo de la cultura, y como éstas muchas cosas más que lo motivarán a seguir aprendiendo y compartiendo con dichos grupos.
Particularmente he hecho cursos y leído libros, pero si tuviese que decir dónde he aprendido más no dudaría de apuntar a estas reuniones con mis amigos gourmet. La idea claramente no es reunirse a comer y a tomar, sino reunirse a compartir conocimientos y opiniones sobre todo. No vale de nada ir a un sitio y afirmar todo lo que los demás dicen, hay que ser crítico y tener personalidad para en algún momento decir si me gusta o no me gusta y explicar el porqué. Es así como se aprende, desde cómo tomar una copa con la mano hasta las más complejas características organolépticas de un caldo. ¡Atrévanse, cocinen y abran una botella en grupo! Verán lo bien que se siente compartir a un nivel más culto de lo que uno suele hacerlo.
Daniel Delgado
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