Presenta la nueva identidad visual de su línea Bianchi DOC. Se trata de una nueva propuesta, más contemporánea y moderna, de los varietales Malbec y Cabernet Sauvignon a los que la bodega suma, en esta presentación, dos nuevas cepas de gran personalidad como el Merlot y el Chardonnay, completando así el set de la línea.
Los nuevos Bianchi DOC son vinos de gran expresividad, con un paso por roble, fáciles de beber, versátiles para acompañar todo tipo de platos y fundamentalmente con una muy buena relación precio-calidad.
La empresa continua con el equipo de marketing y el diseñador gráfico Sergio Pérez Fernández, trabajando en el aggiornamento de varias líneas de vino de la bodega, además ampliando la propuesta de varietales del segmento medio alto al incorporar dos cepas de muy buena aceptación entre los consumidores más innovadores, con la idea de marcar tendencia en el mercado local.
El nuevo packaging se apoya en un importante cuerpo tipográfico en color rojo sobre blanco que contrasta con la limpieza de las etiquetas. Las tres iniciales en mayúscula (DOC) se sostienen con personalidad de ilustración sobre un escenario tipográfico muy cuidado que juega con el equilibrio de las formas. Los elementos expuestos en sólo dos colores posan sobre un papel enológico del tipo martelé en tono tiza con texturas de relieve y barnices sectorizados que completan y enriquecen la calidad percibida.
Las uvas del nuevo Merlot provienen de la Finca Doña Elsa, ubicada en el Departamento de Rama Caída, San Rafael, Mendoza, a 750 metros sobre el nivel del mar, en terrenos de composición areno calcáreo y origen aluvional.
La cosecha fue manual con molido suave y fermentación clásica, en contacto con roble francés de tostado medio, manteniendo la temperatura controlada. Estabilización y maduración natural en tanques de acero inoxidable antes del embotellado bajo atmósfera inerte para preservar sus cualidades.
La bodega aconseja beberlo a la temperatura de 18°C.
Las uvas de el Chardonnay también provienen de la misma finca. La cosecha fue manual con molido suave. La separación de las borras se realizó por decantación en frío y la fermentación se concretó a temperatura controlada en tanques de acero inoxidable y con suave contacto de roble francés de tostado medio.
Es de color amarillo de suave intensidad, con notables reflejos verdosos. El aroma recuerda a duraznos amarillos en conserva con su carozo, suave ananá maduro y la presencia de flores blancas y típicas notas a pera. En boca es un vino fresco, joven y de un paladar sedoso y untuoso, notas tropicales y de acidez equilibrada que perdura en su recuerdo delicadamente dulce.
Según la bodega, la temperatura ideal para disfrutarlo es alrededor de 8°C.
Fuente: mercado.com.ar
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