Foto: FLICKR / EMBASSY OF THE BOLIVARIAN REPUBLIC OF VENEZUELA |
Se cuenta que le vino a la cabeza la ciudad de Venecia cuando vio unas construcciones palafitas indígenas cercanas al lago Maracaibo, de forma que bautizó al lugar con el diminutivo Venezziola, cuya castellanización es el término que hoy usamos. Aunque hay otras teorías acerca del topónimo, no me negarán que ésta no es hermosa.
Olviden las bebidas isotónicas al uso que se encuentran en cualquier colmado del planeta y entréguense al papelón. Refrescante como él solo
Mi país aporta y mucho cuando se trata de cocina sana. Sanidad al poder si toca recuperar líquidos tras una jornada donde el sol caribeño ha hecho justicia. Olviden las bebidas isotónicas al uso que se encuentran en cualquier colmado del planeta y entréguense al papelón. Refrescante como él solo. La base de la receta es la panela de papelón, que se obtiene de la deshidratación del jugo de la caña de azúcar y su solidificación en paneles rectangulares. Una auténtica bomba energética natural.
La forma de hacer un buen papelón (en el sentido positivo) es sencilla: se necesitan una panela de papelón, un litro de leche y dos limones. Hay que romper el papelón a martillazos. Como suena, sin miedo. Una vez troceado, se pone a remojar toda una noche en un litro de leche. Al día siguiente, cuando ya se ha disuelto, se le agrega el jugo de limón. Se sirve frío, muy frío. Esto es fundamental.
La panela se consigue con la cocción de la caña de azúcar a altas temperaturas hasta que se forma una melaza muy densa. Luego se pasa a los moldes en forma de cubo donde se deja secar hasta que se cuaja. Los deportistas suelen echar mano de ella cuando se trata de pruebas de mucha exigencia física. Hay que tener en cuenta que a diferencia del habitual azúcar de origen industrial, que es básicamente sacarosa, la panela aporta además significativos contenidos de glucosa, fructosa, proteínas, minerales como el calcio, el hierro y el fósforo y vitaminas como el ácido ascórbico. La cosa no puede ser más conveniente.
Fuente: abc.es
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