La cocina es una manifestación cultural que de manera análoga al prisma, que interpreta la luz y la transforma, expresa las particularidades de una sociedad y su entorno. Sociedades como la nuestra, multicultural y sensible a los nuevos estímulos, no es de extrañar que recoja y haga propio lo que otras culturas puedan ofrecer. Un restaurante porteño es generalmente un espacio donde habitan los sabores que reflejan la variedad y riqueza de nuestro pueblo.
Conviven en armonía la parrilla criolla, la tortilla de papa española, las pastas italianas, las medialunas francesas y la hamburguesa americana. Minga, auténtica parrilla porteña, es un buen ejemplo de que abrazar lo nuevo es parte de nuestra idiosincrasia. Luis Gonzalez, su creador, invita a preparar la receta que comparte con nosotros.
Costa Rica 4528/ 4833 5775/ www.mingaparilla.com.ar
- Cantidad de porciones: 4
- Tiempo de preparación: hora y ½
- Nivel de complejidad: alto
Ingredientes
Para la masa
- Harina, 300 gramos
- Huevos, 3
- Sal, ½ cucharada
- Aceite de oliva, 1 cucharada
- Leche, ½ vaso
Para el relleno
- Calabaza escurrida, 2 tazas
- Salsa blanca, ½ taza
- Queso rallado, ½ taza
- Mozzarella rallada, ½ taza
- Sal, pimienta y nuez moscada
- Para la salsa blanca
- Manteca, 1 cucharada
- Harina, 1 cucharada
- Leche, 1 taza
Para la salsa
- Manteca, 50 gramos
- Queso rallado, al gusto
Procedimiento
Para la masa:
- En una cacerolita calentar la leche hasta que hierva. Mezclar los huevos con el aceite y la sal. Poner la harina en el recipiente de la batidora y con la máquina encendida, echar la leche caliente y la mezcla de huevos y aceite. Amasar hasta lograr una masa sedosa, lisa y elástica. Dejar reposar en la heladera al menos media hora.
- Estirar la masa con la sobadora o con el palo de amasar hasta alcanzar los 2 milímetros de espesor.
Para el relleno
- Cortar la calabaza al medio, rociarla con sal, pimienta, aceite de oliva y cocinar al horno hasta que se pueda atravesar con un cuchillo. Dejar enfriar, retirar la corteza y las semillas y dejar escurrir el líquido.
- Para la salsa blanca fundir en una ollita la manteca, añadir la harina y revolver 1 o 2 minutos a fuego bajo con un batidor de mano, para cocinar la harina. Sin dejar de revolver, incorporar la leche de a poco, hasta lograr la densidad deseada, en este caso una salsa espesa. Retirar del fuego, condimentar con sal y nuez moscada y reservar.
- Mezclar los ingredientes del relleno y reservar.
- Colocar la masa estirada sobre el molde de ravioles enharinado, rociar con agua, colocar el relleno y tapar con otro recorte de masa estirada. Presionar suavemente de adentro hacia afuera para expulsar el aire del interior y cerrar.
- Cocinar los ravioles en abundante agua con sal hasta que floten.
- Colar, volver a poner los ravioles en la olla con un poquito del agua de cocción y emulsionar con la manteca fría.
- Emplatar y empolvorar con queso rallado.
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