Siempre hago el comentario, que una buena taza de café es la suma de muchos pequeños detalles que deben tomarse en cuenta para poder disfrutarla. Muy pocas personas conocían lo que estaba detrás de esa taza y fue así, como hace dos años, comenzó a funcionar este maravilloso proyecto de la Escuela Venezolana del Café, que nace gracias a la búsqueda de poder disfrutar de la mejor taza de café y de la necesidad de aprender para lograr la excelencia para su preparación de la mano de un buen Barista.
Y fue así, como en una estupenda tarde, compartiendo una delicada, humeante, cariñosa y cuidadosamente preparada taza de café comencé a escuchar de un proyecto estupendo llamado Escuela Venezolana del Café... Sin pensarlo mucho, ya que desde muy joven soy amante de esa maravillosa bebida que evoca sensaciones, alborota recuerdos y despierta pasiones; me conecté de una manera que yo pensaba era inexplicable y que desde ese entonces comencé a entender, debo confesar que como muchos pensé, suena extraordinario pero... ¿Realmente habrá más gente que como nosotros disfruten y se apasionen tanto con el Café? En ese momento no me importó la respuesta y es así como decidí apoyar de manera incondicional el nacimiento de ese proyecto de uno de mis mejores amigos y emprender este camino por el extasiante mundo del café.
Entre miles de ideas, conversas y por supuesto estupendas y humeantes tazas esta deliciosa bebida, elaborada con granos especialmente seleccionados provenientes de distintos destinos y viajes, llego el día en que afortunadamente me invitaron a formar parte de esté sueño que poco a poco se ha hecho realidad y afirmo que es uno de los mejores obsequios que he recibido, aceptar la propuesta, una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida; no tenía la más mínima idea del camino que me esperaba recorrer, todas las experiencias maravillosas que iba a comenzar a vivir, las personas grandiosas que iba a conocer; todo el conocimiento que día a día voy adquiriendo, todo lo que me falta por aprender y la reconciliación con mi yo interior que sin saber había extraviado por ahí, el café lo conecta a uno con sus emociones y es una dicha contagiar a las personas que quiero, a las que no tanto, a las que apenas conozco, a las que voy conociendo y hasta las que no conozco... En esta parte entendí que un buen Barista hace de una taza de café una experiencia sensorial.
Es así como ahora con orgullo, junto a otros venezolanos que como nosotros se toman el café en serio, que por emprender un negocio o por simple curiosidad se acercaron a la Escuela Venezolana del Café, formo parte de los primeros Baristas Venezolanos certificados por la SCAE en Venezuela; siguiendo los pasos del Director de la Escuela he tenido la oportunidad de desarrollarme como instructora, compartir gratos y enriquecedores momentos con el precursor del Latte Art y certificador SCAE, la Campeona Italiana de esta disciplina, conocer a campeones Baristas y personalidades internacionales relacionadas al café, caficultores venezolanos que aman lo que hacen y lo más importante, no debo estar en una odisea buscando donde disfrutar esta maravillosa bebida ya que aprendí a prepararme divinas tazas de café de esas que suben y te arrancan un profundo suspiro, dejan una huella indeleble y te alborotan bellos recuerdos.
Este mundo del café es gigantesco, hay muchas cosas que seguir aprendiendo y desarrollando y sobre todo una gran responsabilidad, continuar trabajando para recuperar uno de los mejores y aromáticos granos del mundo, el venezolano.
Esto de tomar el café en serio me obsequia día a día agradables momentos y estoy segura que me quedan muchos más por disfrutar... Ver las sonrisas en el rostro de la gente cuando les preparo una taza de café es el mejor regalo que un Barista puede recibir y que pidan otra haciendo memoria de todo lo que les provoca, escuchar las historias que están detrás de cada taza, los recuerdos que llegan por los deliciosos aromas que emana... ¿Habrá algo adicional que se pueda pedir?
Esta semana estamos de aniversario, nuestro segundo año y por eso quiero agradecer a cada una de las personas que junto a nosotros toman el café en serio y que con su participación en nuestros cursos y actividades ponen en alto este maravilloso oficio del Barista, logrando que cada día que pasa se disfruten en muchos más lugares deliciosas tazas de café, así como también dando la importancia a todos los que están detrás de esa taza.
Gracias a todo el equipo que nos apoya cada día incondicionalmente y con una gran pasión en cada actividad que realizamos, nos hemos convertido en una gran familia y lo mejor de todo es que seguimos creciendo juntos, logrando difundir, engrandecer y enriquecer esta maravillosa cultura del café.
En estos dos años hemos compartido nuestros conocimientos con muchas personas y en la Escuela Venezolana del Café aún nos queda mucho que recorrer, aprender y continuar compartiendo con ustedes y esperamos poder seguir trabajando muchísimos años en este mundo tan maravilloso del café, que además va abriendo oportunidades infinitas de desarrollo para cada persona que como a nosotros, apasiona este tema.
También aprovecho estas líneas para agradecer a la Escuela Venezolana del Café por dejarme estar ahí, con su equipo y a todas las personas que nos regalan motivos para seguir adelante y demostrarnos que con pasión y corazón todo es posible.
Gracias por tomar el café en serio.
Jannina Poján Ruiz
@lacoffeeteacher
Barista SCAE - Asesor Gastronómico
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