De alimento económico a ingrediente sofisticado, la polenta hizo un upgrade: los mejores chefs la incorporan en sus recetas. ¿Cómo hacerlo en casa?
Es nutritiva, sumamente fácil de preparar y económica. Sin embargo, comer polenta sola puede resultar una experiencia un tanto insulsa, por no decir del todo desmoralizante. En esta nota, te damos tres opciones para que conviertas este alimento en un plato con onda.
1. Bruschettas de polenta, un éxito asegurado. Una vez que tengas la polenta hecha, coloca un papel film sobre una placa. Por encima, dispón la polenta y luego estira con una espátula, hasta que te quede de 5 centímetros de grosor. Déjala enfriar por completo en la heladera y luego córtala en cuadraditos o en forma circular, como prefieras. Dora el resultado en una plancha con aceite de oliva y luego arma tus bruschettas. Sugerencia de topping: queso brie, rúcula, tomates secos y almendras trituradas, o tomates cherry confitados, albahaca, echalotes, aceto y oliva.
3. ¿Por qué no comerla dulce? Prueba desayunar polenta con miel y arándanos, una combinación que puede destronar fácilmente a tu granola. Es fácil: lleva 4 tazas de leche a hervor, agrega 1 taza de polenta y luego súmale 1/4 de taza harina de almendras. Cuando obtengas una mezcla cremosa, añade un poco de manteca, miel, esencia de vainilla, cardamomo y un puñado de arándanos.
Fuente: Planeta Joy
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