El consumo de esta bebida entre los hispanos del país va en aumento. Una experta nos enseña los puntos básicos para disfrutarla.
Un estudio realizado por el Wine Market Council reveló que el consumo de vino entre los hispanos está creciendo a un paso más rápido que entre cualquier otro grupo étnico.
Hay que animarse a probar vinos diferentes. Foto: Cortesía
A pesar de ello, son muchos los latinos quienes aún no se sienten cómodos entrando a una tienda de licores a comprar una botella de vino, o no saben qué responder cuando en un restaurante le preguntan cuál tipo quiere.
"Las preferencias de los latinos, según mis conversaciones con los distribuidores, es hacia los vinos más afrutados, los que son un poco más dulces, no muy secos", explica Athena Yannitsas, consultora de vinos a nivel internacional y ex profesora de vinos de la Universidad de Miami-Dade.
Según la venezolana, quien acaba de lanzar al mercado el libro "Vino, Vida y Alegría", la mayoría de la gente comienza con vinos más dulces, pero al conocer más sobre esta bebida, el gusto cambia hacia los más secos y "más interesantes".
Consejos para principiantes
Pensando en los principiantes, Yannitsas compartió los siguientes consejos para ayudarlos a entrar por la puerta grande al mundo del vino:
1. Antes de salir de compras, haga su tarea. Investigue y prepare un "plan de ataque." Use la internet para encontrar ofertas.
2. Establezca una relación con tiendas de vinos/licorerías en su vecindario. Conozca los vendedores, a través del tiempo ellos se familiarizarán con sus gustos y podrán ayudarlo a escoger vinos.
Si desea ser atendido de manera más personal, evite las tiendas de vino los viernes y sábados, que son los días de más afluencia.
3. Pruebe antes de comprar. Además de participar en degustaciones gratis ofrecidas en muchas tiendas de vino, ordene vinos "por copa" en los restaurantes.
Participe en ferias de vino cuando llegan a su ciudad; generalmente se paga un precio de entrada y se pueden probar una gran variedad.
4. Aproveche las ofertas que aparecen durante ciertas épocas del año. Vinos espumosos durante la Navidad y Año Nuevo, vinos blancos y rosados en el verano, vinos fortificados en invierno.
5. Compre por cajas (12 botellas). La mayoría de los comerciantes ofrecen un descuento al comprar una caja mezclada de 12 vinos.
6. Evite comprar un vino únicamente basándose en las puntuaciones otorgadas por los críticos. No se deje influenciar por el paladar de otros.
7. Cada vino costoso tiene su pareja económica... ¡búsquela! Ejemplo: Si le gusta la champaña francesa pero su presupuesto es limitado, puede disfrutar de otros vinos espumosos (cava española o prosecco italiano) a precios más económicos.
8. Cada vez que pruebe un vino, anote sus datos y añada una descripción. Esto le ayudará a grabar sus memorias de gustos y sabores, entrenará su paladar, y tendrá un excelente fuente de referencia.
9. Sea aventurero(a). Salga de su rutina y evite comprar el mismo vino de siempre. Además, si siempre toma el mismo vino, su paladar se vuelve condicionado y atrofiado.
Experimente con vinos de uvas y regiones menos acostumbradas tales como el Tannat de Uruguay o Agiorgitiko de Grecia.
10. Después de comprar el vino, disfrútelo dentro de un periodo de tiempo razonable. Hay personas que guardan una botella de vino perpetuamente, descartando una tras otra oportunidad de abrirla, esperando una ocasión especial que nunca llega.
Recuerde que cualquier momento puede volverse una ocasión especial al abrir la botella de vino.
Tres mitos y sus verdades
Tintos con carne.... Uno de los mitos más comunes es que siempre hay que combinar los vinos tintos con carnes y los blancos con pescado. “No es que sea errado, pero es muy limitado. Hay muchas maneras de preparar las carnes y el pescado, y los ingredientes utilizados pueden cambiar la gama de vinos para acompañar cada plato”, dice la experta.
La verdad es que sólo el 2% o menos de los vinos que se encuentran en el mercado mejoran con el tiempo. La mayoría de los vinos están listos para consumirse, o se pueden guardar por entre 2 a 5 años máximo, y después empiezan a decaer.
“Los vinos que se pueden guardar para mejorar son más costosos, hechos con uvas específicas y un proceso específico. La mayoría de los vinos se vuelven vinagre después de un tiempo”.
Oler el corcho no te dice si el vino está bien o no. Al verlo hay que notar si está chorreado de un extremo al otro, porque si lo está es prueba de que le entró aire a la botella, cosa que afecta el sabor. “Pero para saber si el vino tiene algún defecto, si está avinagrado u oxidado, por ejemplo, hay que probarlo directamente”.
La temperatura perfecta
La temperatura ideal para los blancos, rosados y espumosos es de entre 45°F y 55° F (7°C y 13°C). “Si el vino está muy frío la solución es fácil: un poco de paciencia. Al dejarlo reposar a temperatura ambiente, en unos 10 minutos llegara a su temperatura ideal”, explica Athena Yannitsas.
La temperatura ideal para los tintos es entre 60°F y 65°F (15°C y 18°C).
“Una solución rápida es guardar la botella de vino en el refrigerador unos 30 minutos antes de abrirla”, dice la experta. “Cuando se sirve un vino tinto a temperatura ambiente mayor de 70°F (21°C) éste nos parecerá insípido y con un resaltado efecto de alcohol”.
Liseth Pérez-Almeida
Fuente: eldiariony.com
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