El concepto de maridaje con habitualidad lo relacionamos con comida y vinos, pero cada vez son más las personas amantes de la cerveza que acuden a un restaurante de cualquier tipo de nivel y piden esta bebida para degustar un buen plato.
En el mercado se pueden encontrar multitud de distintos tipos de cerveza [Foto: diariovasco.com]
Al igual que los vinos, las cañas o pintas pueden ser de una amplia gama de variedades de cerveza que por sus características combinan mejor con una clase determinada de alimentos. Si bien las clases de cerveza son numerosas y su variedad cada día es mayor con la irrupción de las de elaboración artesanal, existen tres tipos genéricos que nos ayudarán a elegir la mejor para cada plato. Las de fermentación alta responden también al nombre de ale, y engloban denominaciones como la tostada, la roja, la de abadía, la Mild, la Bitter, la Altbier o la Kölsch.
El pescado azul, por ejemplo, marida bien con cualquier tipo de cerveza
Sin embargo, las más generalizadas son las de fermentación baja, como las Lager, las Pilsen, Münchner o Bock. Por último se encuentran las que para su elaboración se ha utilizado la fermentación espontánea o cereales diferentes a la cebada, como son las de trigo, la Porter o la Lambic.
Sentados a la mesa, llega el momento de elegir el menú y la bebida que lo acompañará. Como norma general, la cerveza es el acompañante perfecto para platos donde predomina el ácido o el picante, como por ejemplo
escabeches, ahumados o platos agridulces. Pero si lo que pretendemos es ser más específicos, deberemos tener en cuenta que al cerdo le corresponden las Lager o Pilsen para contrarrestar las grasas del plato.
Nuestra elección puede decantarse por las carnes rojas hechas a la brasa, en cuyo caso es recomendable acompañarlas con cervezas rubias, que son más ligeras y suaves y facilitan su consumo. El cordero, sin embargo, será más sabroso si lo combinamos con cervezas con cuerpo, con características que coinciden con un tipo de carne robusta.
Quienes opten por un plato más ligero y preparen un pescado azul tienen como gran aliada a la cerveza de cualquier tipo, que facilitará la ingesta de su alto contenido en grasa. Los mariscos, en cambio, piden una bebida más ligera y las cervezas claras y suaves son el acompañamiento ideal.
¿Y con los quesos?
El queso siempre se ha asociado con el vino, pero hay que tener cuidado de que los taninos de esta bebida no impidan saborearlo. Para evitarlo, las cervezas Lager o Pilsen son unas buenas compañeras de los quesos cremosos y frescos.
Los semicurados y ahumados se complementan mejor con Lager especiales y los curados con cervezas de abadía. Como norma general, cuanto más añejos sean los quesos requerirán cervezas de mayor grado y cuerpo.
Las cervezas Bock son fuertes y tienen sabor a caramelo, características que las recomiendan para alimentos picantes como las pizzas con ingredientes fuertes. Por último, el chocolate pide más bien una cerveza negra.
Fuente: El Diario Vasco
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