En nuestro país el té suele ir asociado a personas que se cuidan más, gente con problemas estomacales y otras circunstancias. Aunque se debe reconocer que cualquiera puede optar por el té sin que sorprenda a nadie. El tema es, ¿cuál espabila más?
Cafeína o teína son hijas de la misma rama que estimulan las neuronas en primer lugar, y, como consecuencia de esto, el resto del cuerpo: aumentan la adrenalina, los reflejos, el ritmo cardíaco... En rapidez quien gana es el café, que a partir de los 15 minutos empieza a hacer efecto.
El café suele tener entre 80 y 185 miligramos de cafeína, y el té entre 15 y 70. Sin embargo, la explosión del café es tan rápida como efímera, ya que tiende a desaparecer con mayor rapidez, sobre todo si se está acostumbrado a tomarlo.
La teína tiene un efecto más lento y es a la media hora cuando realmente se nota. Tanto como tarda en llegar lo hace en irse y tres horas después todavía permanece su efecto en el cuerpo.
En ambas bebidas influye muchísimo el hábito de consumo que se tenga. Bien sabemos que un café puede espabilar durante un tramo muy corto del día a una persona o no dejarle dormir durante unas cuantas horas. En todo caso, lo importante no acaba siendo qué es más potente, sino qué tipo de efecto se desea: el explosivo del café o el sostenido del té.
Ekaitz Ortega
Fuente: Computer Hoy
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