En la región nacen, al calor de la crisis, nuevas micropymes que buscan oportunidades en nuevos mercados
¿Se puede fabricar cerveza artesana en Castilla-La Mancha, tierra de vinos? No solo se puede, sino que además, en una región que se sitúa entre las que más adeptos a esta bebida tiene en el conjunto del país, elaborarla y venderla se ha convertido en una oportunidad de negocio para cuatro emprendedores ciudadrealeños que han decidido reinventarse al calor de la crisis financiera.
Malvados es el nombre de una cerveza artesana que nació hace ocho meses y cuya fábrica se encuentra en Ciudad Real. A pesar de ser una bebida cuyo origen se remonta a los primeros asentamientos humanos allá por el 9.000 a.C., hoy en día elaborarla y venderla a la manera tradicional se considera una auténtica innovación ya que en España se está viviendo un auténtico boom por un producto que se está haciendo también un hueco importante en la alta gastronomía.
Esta cervecera es uno de los 315 proyectos que integran la Factoría de Innovación de Castilla-La Mancha (FdI). Empresas que en apenas medio año ya han descubierto cómo implementar pequeñas acciones que les lleven a ser más competitivas y poder así redirigir sus negocios gracias al asesoramiento y ayuda de los Centros de Excelencia repartidos por toda la región.
En Ciudad Real, el Centro de Excelencia trabaja con proyectos asociados al sector agroalimentario. En este sentido, Malvados tiene un encaje perfecto. La idea es ayudar a cada uno de las iniciativas a mejorar en aquel aspecto en el que más lo necesitan. «Ahora mismo el 70% de las empresas tienen ya un diagnóstico de la situación», explica Miguel Sánchez Galindo, director de Innovación, Emprendedores y Pymes de la Escuela de Organización Internacional (EOI), encargada del programa. En una segunda fase, que terminará a finales de año se pretende que todas cuenten con un Plan de Innovación finalizado.
Cerveza artesana
En el caso de la cerveza artesana, según explica uno de sus socios, Chema Cabanes, el apoyo está siendo positivo, sobre todo en lo que se refiere a la presencia de la empresa en internet y al manejo de su promoción a través de las redes sociales. De las pymes que están recibiendo asesoramiento en estos Centros de Excelencia, en el 35 por ciento busca soluciones para mejorar su presencia en Internet. De igual modo, un 21 por ciento de ellas muestra interés por herramientas de promoción online, así como por los mecanismos de apertura a nuevos mercados.
La internacionalización es otro de los retos de muchas de estas microempresas, todas con menos de 10 empleados y que, en su conjunto, tienen un volumen de negocio de 270 millones de euros. A la fábrica de cerveza ciudadrealeña esto todavía le queda lejos porque ahora están en fase de conquistar el mercado español, pero no es una idea que descarten.
De momento, están inmersos en la promoción de su producto, que se presenta en tres variedades Roja, Rubia e IPA (India Pale Ale) y en actividades asociadas al mismo como catas, que se podrán realizar en la tienda de la fábrica y visitas guiadas a su centro de elaboración para «vivir» in situ todo el proceso, explica Cabanes. «Pensamos que igual que la gente visita bodegas también puede ser interesante visitar una fábrica de cerveza y después realizar una cata», afirma.
En realidad, esta cervecera significa para este grupo de empresarios dar un paso adelante en un momento en el que los negocios tradicionales, en un contexto económico desfavorable, dejan de ser viables. Y para que ideas como ésta y otras como por ejemplo el proyecto de una «nube» virtual para alojar tickets de compra o una red social «made in» La Mancha tengan éxito, la ayuda de expertos es fundamental.
Y es que «hay gente que tiene una buena idea, pero no una buena política de precios; o están dirigiéndose a un sector que no es importante y tienen
que dar un giro hacia otro tipo de cliente», dice Miguel Sánchez Galindo. Y añade: «En turismo por ejemplo ahora mismo hay que vender más experiencias y no solo la noche de hotel».
Centros de excelencia
De este modo, la labor de los Centros de Excelencia es «ayudarles a incorporar nuevos atributos y valores a sus compañías», resume el responsable de la EOI. Un objetivo que se está materializando gracias a las 84 actividades abiertas organizadas y a los entrenamientos individualizados en los que expertos consultores de PwC definen la estrategia a seguir.
En Malvados la bandera principal es un producto totalmente artesano, con malta de Albacete y cuyo secreto está en el agua con la que se elabora. Y es que, explica Chema Cabanes, los análisis realizados al agua potable de
Ciudad Real revelaron que se trata de un líquido de muchísima calidad. Para elaborar la cerveza la utilizan descalcificada y el resultado (las tres variedades que actualmente tienen en el mercado, Rubia, Roja e India Pale Ale) no son más que los diferentes resultados de los procesos de cocción y fermentación.
El reto ahora es conquistar el paladar de los consumidores españoles y lograr que lo que de momento es una idea innovadora no se convierta en una burbuja. Cabanes y sus socios lo saben, porque los márgenes de estas pequeñas empresas no son comparables a los de los grandes grupos industriales, aunque lo que ofrecen tampoco.
De momento siguen dando pasos firmes para sacar adelante esta empresa en la que no solo han puesto su dinero. Su caso es uno de los que en la Factoría de Innovación se consideran casi de éxito, porque a pocos meses de iniciar su andadura ya está arrojando resultados esperanzadores.
Completada la quinta convocatoria, la Factoría desarrollará a lo largo del cuarto trimestre diferentes acciones formativas. Hasta el momento cerca de 1.700 personas han participado en algunas de las actividades.
LEONOR BARAZA
Fuente: abc.es
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