Un estudio realizado por la Escuela de Harvard de Salud Pública ha demostrado que personas que incrementaron el consumo de café en más de una taza diaria durante un periodo de tiempo de cuatro años tenían un riesgo de hasta un 11% más bajo de sufrir diabetes tipo 2.
El café, al igual que el té, es una bebida con una alto contenido en antioxidantes, y por eso se la ha relacionado también a efectos beneficiosos en la prevención del cáncer.
Hace más de un año, que rápido pasa el tiempo, comentábamos en Teinteresa los beneficios del té. Si lo recuerdan, decíamos en aquel artículo que titulábamos “El té elixir de salud” que el té tiene propiedades antioxidantes que ayudan a proteger a las células y tejidos de los efectos nocivos de estos compuestos que su generación se relaciona con enfermedades oncológicas, cardiovasculares, inflamatorias e incluso neurodegenerativas, como puede ser la enfermedad de Alzheimer.
Ha pasado el tiempo y teníamos en nuestra conciencia una deuda con otra bebida importante en la vida diaria de los ciudadanos, el café.
El café, o mejor dicho, en este caso, la cafeína es consumida diariamente por el 80% de la población adulta mundial en una dosis de unos 200 miligramos al día. Esta cafeína en su gran mayoría la consumimos en forma de café.
Respecto a la salud, tenemos la sensación por lo que muchas veces oímos comentar entre nuestros conocidos y amigos que el café esta marcado de alguna forma como una bebida no tan recomendable desde el punto de vista de la salud. Nada más lejos de la realidad y por eso en el artículo de hoy vamos a intentar desmitificar esa mala imagen del café desde el punto de vista de sus efectos sobre la salud de nuestro organismo.
Empezaremos por las enfermedades cardiovasculares. Algunos estudios publicados en prestigiosas revistas científicas señalan que el consumo de tres tazas diarias de café se puede relacionar con un cierto grado de protección de reducción del riesgo de sufrir enfermedades como el infarto de miocardio o el infarto cerebral.
También hay una creencia generalizada que el café no es bueno para las personas que sufren diabetes tipo 2 ya que entre otros factores se piensa que la cafeína reduce la sensibilidad de las células a la insulina, y por lo tanto estas no pueden captar bien la glucosa, lo que hace que la glucosa aumente en la sangre. Sin embargo, cada vez aparecen más estudios publicados que señalan todo lo contrario. Como ejemplo, un estudio realizado por la Escuela de Harvard de Salud Pública ha demostrado que personas que incrementaron el consumo de café en más de una taza diaria durante un periodo de tiempo de cuatro años tenían un riesgo de hasta un 11% más bajo de sufrir diabetes tipo 2 que a las personas que no consumían esta bebida. Además este estudio de investigación señalaba en sus conclusiones que los consumidores de café incluidos en el estudio que durante el desarrollo del mismo disminuyeron su consumo, aumentaron en hasta un 17% el riesgo que tenían de desarrollar diabetes tipo 2.
El beneficio que el café puede tener sobre la salud, probablemente no es debido a la cafeína. El café, al igual que el té, es una bebida con una alto contenido en antioxidantes, y por eso se la ha relacionado también a efectos beneficiosos en la prevención del cáncer.
Pero volvamos a la cafeína. La cafeína como todos ustedes conocen, es un potente estimulante del sistema nervioso central y como tal, estimula, entre otros órganos, al músculo cardiaco, afectando al ritmo cardiaco, la motilidad intestinal y la función renal ya que presenta cierto efecto diurético. La cafeína estimula el sistema nervioso porque afecta a la acción de un trasmisor nerviosos que se llama adenosina. Este trasmisor se ha asociado a la calma y la tranquilidad y al interferir sobre él, la cafeína induce una sensación de euforia y actividad. Además la cafeína estimula la liberación de adrenalina y noradrenalina que son neurotransmisores estimuladores de actividad.
Pero dicen los expertos que la cafeína presenta algunos aspectos negativos para algunas personas, por ejemplo para personas con anemia, reumatismo u osteoporosis no es tan recomendable el consumo de cafeína en dosis altas ya que esta reduce la absorción de hierro y calcio. También existe la controversia di si es bueno o malo tomar café por personas hipertensas.
Algunos comentarios a este respecto se pueden encontrar en las páginas de la prestigiosa Mayo Clinic, en donde se dice que algunas personas que beben regularmente bebidas que contienen cafeína pueden tener la presión arterial más elevada que las que no lo hacen. Sin embargo, la cafeína no tiene un efecto prolongado en la elevación de la presión arterial y que este sin embargo es mayor en personas mayores de 70 años o que tienen sobrepeso. También recomiendan que si se tiene la presión arterial elevada se debe preguntar al médico sobre cuanto café puede consumir la persona. En este sentido, aunque parezca lo contrario, no existe un consenso claro sobre si las personas hipertensas deben abandonar por completo el beber café.
Un estudio realizado por investigadores griegos en hombres y mujeres mayores de 65 años que vivían en una pequeña isla que se llama Icaria localizada en el mar Egeo a unos 19 kilómetros de Samos. Más de un tercio de los habitantes de Icaria llegan a cumplir más de 90 años. Con los resultados obtenidos en el estudio, los investigadores concluyeron que las personas mayores que con presión arterial elevada tomaban dos o tres tazas de café diarias tenían unos vasos sanguíneos más elásticos que las personas de la misma edad que tomaban menos café. Además, también observaron que entre las personas que tomaban una o dos tazas de café había un porcentaje menor de ellos que habían desarrollado diabetes, colesterol alto o enfermedad cardiovascular que las personas que habían tomado menos café.
Es importante también recordar que el café descafeinado tiene una concentración significativamente menor de cafeína, sin embargo este estimulante sigue presente también en él. El café descafeinado contiene alrededor de 1,1-0,3% de cafeína mientras que el café “cafeinado” tiene entre 0,8-2,5%.
La máxima concentración de cafeína se obtiene cuando transcurren entre 30-40 minutos después de haber bebido el café.
También hay que conocer que algunos fármacos pueden afectar la capacidad del riñón de eliminar cafeína y también la propia cafeína puede reducir el efecto de otros fármacos sobre el organismo. Por eso, como para todas las cosas relacionadas con la salud, por mucho que leamos sobre ellas lo mejor siempre es preguntar a nuestro médico.
Es evidente que la historia poco a poco va diciendo y desmitizando muchas creencias y leyendas “negras” de los alimentos que tomamos, incluido el café. La cafeína, como todo en la vida, consumida controladamente seguro que beneficia en muchos aspectos a la salud. Claro que no debemos llegar a los límites de Honoré de Balzac. Este novelista francés creía que la cafeína estimulaba la creatividad. Tanto llegó Balzac a necesitar la cafeína que aunque tomaba cafés muy espesos, al estilo turco, terminó comiéndose directamente los granos de café.
Me viene a la memoria al terminar este artículo sobre el café y la salud, la famosa canción del genial Juan Luis Guerra, “Ojala que llueva café en el campo”. Además de una melodía preciosa, si tienen oportunidad escuchen con atención la letra, es sinceramente. Entre otras cosas dice para que todos los niños canten en el campo, ojala que llueva café en el campo, haciendo un símil sobre lo importante que es el café para la economía de muchas regiones de nuestro planeta Tierra
Dr. Antonio López Farré/Director Científico de Teinteresa
Fuente: Te interesa
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