La introducción de la bebida tuvo que salvar obstáculos tales como la prohibición de los musulmanes o los protestantes
El origen del café está rodeado por la leyenda. Antiguas narraciones indican que puede proceder de Etiopía o Arabia. Pero el hecho es que se popularizó a lo largo del siglo XVII por el mundo occidental procedente de los países musulmanes.
Durante el siglo XVII su uso se popularizó por toda Europa. Aunque también tuvo sus tropiezos con las autoridades religiosas. Había quienes calificaban el café como un caballo de Troya de los infieles musulmanes con los que someter a la Europa cristiana. El Papa Clemente VIII (1592-1605) decidió probarlo antes de tomar una decisión. Después de saborearlo afirmó que sería una lástima que sólo los musulmanes disfrutaran del nuevo brebaje.El resultado del estudio es que el café fue prohibido en La Meca y unos años más tarde en El Cairo. La decisión degeneró en disturbios que obligaron a permitir su consumo.
Los luteranos, en cambio, no lo vieron con buenos ojos. Ya en 1611 algunos protestantes intentaron promover su prohibición. Tuvo que ser Federico II de Prusia, a mediados del siglo XVIII, el que despenalizara su consumo. También se prohibió en Rusia, donde se castigaba con penas de tortura.
El café con leche se difundió por Europa a fines del XVII en Austria de la mano del polaco Jerzy Franciszek Kulczycki, uno de los combatientes en el segundo cerco de Viena. Durante el conflicto consiguió hacerse con un cargamento de café y más tarde abrió varios establecimientos con los que introdujo el uso del azúcar y la mezcla con la leche. También comenzó a servir dulces como acompañamiento.
JUAN SANCHIS
Fuente: Las Provincias - España
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