Sí, puede que más de un@ piense que eso puede ser “bueno”, si es que quieres salir de fiesta una noche, y encima de gratis, pero la cosa no es tan bonita si esto pasa continuamente y sin control alguno, resaca tras resaca, sin tu quererlo. Y claro está, lo de aparecer continuamente borracho en cualquier situación, sea seria o no, tampoco debe ser demasiado agradecido para la vida de uno mismo.Es lo que podríamos llamar Síndrome de la Auto-Cervecería, donde el individuo sufre excesos de levadura (hongos, los mismos que se usan para fabricar cerveza) a nivel intestinal, creando continuamente alcohol puro que se absorbe directamente en la sangre. No existe la enfermedad como tal, pero nuestro personaje de hoy sufre algo similar.
Matthew Hogg lo ha sufrido durante 20 años. Cada vez que consume algún tipo de azúcar o hidratos, su cuerpo lo transforma en etanol, provocándole una borrachera y posterior resaca. Se dió cuenta de su situación ya de niño, aunque en un principio le diagnosticaron síndrome del intestino irritable. Pero cuando llegó a la adolescencia sus síntomas empeoraron, añadiendo hinchazón y gases tras las comidas (por la fermentación exagerada en su estómago).
Ahora también ha desarrollado nuevos síntomas, como la fatiga crónica, dolor muscular y de cabeza, deterioro mental, trastorno del estado del animo y un largo etcétera.
Como pueden imaginar, también añadiremos la resaca a estos síntomas, sobre todo tras comidas muy altas en carbohidratos. Con dolores de cabeza, náuseas, vómitos, deshidratación… Nada halagüeño vaya.
Finalmente, Matt acudió a un doctor en Londres, que le acabó diagnosticando su enfermedad real, posteriormente confirmada por otros especialistas. Según comenta, esta enfermedad devastó su vida, pues hasta los 16 años era un buen estudiante, deportista y trabajador, pero a partir de ahí la enfermedad empezó a causarle más y más problemas.
Aún así, consiguió ir a la Universidad de Sheffield e ingresar en un grado de informática, aunque el hecho de vivir fuera, estudiar y socializar a la vez fue demasiado para su cuerpo afectado por este raro síndrome. No llegó a terminar el primer año. Intentó encontrar trabajo pero acabó pidiendo la incapacidad, aunque fue un tema complicado porque al ser una enfermedad tan extraña el gobierno y los servicios médicos le pusieron muchas trabas por el desconocimiento del síndrome que sufría. Acabó recibiendo la incapacidad gracias a otras enfermedades que asoció gracias al síndrome, como la fatiga crónica, depresión y ansiedad, más que por el síndrome de la auto-cervecería en si mismo.
Actualmente Matt ha aprendido a adaptar su dieta para sufrir un menor grado de sus síntomas y reducir así todo lo posible la fermentación.
Como ven, eso de poder crear tu propio alcohol suena como una “fiesta gratis”, pero no lo es, ni se le parece.
Vía | Vice.
Fuente: Medciencia
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