En Aragón, Cataluña y Castilla La Mancha se concentró tradicionalmente el cutivo del azafrán en España pero hoy en día es la comunidad castellano-manchega la que mantiene las mayores cuotas de cultivo, tratando de sobrevivir a la competencia del azafrán cultivado en otros países que se vende a un precio menos y a las falsificaciones.
La creación de la Denominación de Origen Azafran de La Mancha ha sido clave en el mantenimiento de este cultivo en las dos últimas décadas, garantizando ante los consumidores la calidad de la especia cultivada en las plantaciones manchegas.
El azafrán resulta del tueste de los estigmas de la rosa de azafrán, previamente separados del resto de la flor. Este es el proceso que marca las grandes diferencias entre el azafrán manchego del resto del mundo donde el estigma se mezcla con otras partes de la flor. En este caso, el resultado del esfuerzo es un poder colorante y aromático muy por encima de cualquier otro azafrán.
Toledo ha querido poner el acento en este cultivo al elegirlo para el logo o imagen promocional que nos recuerda que la ciudad manchega es Capital Española de la Gastronomía.
Fuente: Gastronomia.com
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