De acuerdo al especialista, la gastronomía erótica abarca los aspectos psicológicos y físicos que hacen del acto gastronómico y culinario, un evento erótico.
“Existe una mezcla entre lo hedónico, -el placer que causa la comida- y el erotismo que pueden mezclarse. La mesa se puede convertir en cama y la cama en mesa. También es posible convertir el cuerpo de la pareja en una mesa y comer sobre ella. Cuando hablo de gastronomía erótica, me refiero a trabajar en un concepto más amplio de lo que ya han dicho algunos autores”, precisó Amaya.
Afrodisíaco vs. Anafrodisíaco
El estilo de vida afrodisíaco está marcado por algunos comportamientos; como hacer ejercicios, comer ciertos elementos nutricionales y evitar elementos tóxicos para conseguir que la respuesta sexual sea efectiva en todas las fases –deseo, excitación, orgasmo, resolución y satisfacción sexual-, explicó Alfonso Amaya.
Por otra parte, también se tiene el estilo de vida anafrodisíaco, el cual tiene que ver con formas de vida que hacen que la respuesta sexual no sea óptima o que exista una repelencia sexual.
“Lo que propongo es incentivar un estilo de vida afrodisíaco y minimizar la vida anafrodisíaca. Aquí empieza a formar parte la teoría y práctica de los autores de gastronomía erótica. Viendo el hecho gastronómico desde el cultivo, selección, preparación de alimentos, sobremesa para luego llevar todo esto a la cama, a quemar calorías”.
Amaya, dentro de sus conocimientos y repertorio sexológico, pone de manifiesto una propuesta que incluye el empleo de la expresión sexual y posiciones ancestrales promovidas por las distintas filosofías del “Feng Shui” o “Tao del Amor y el Sexo”, dentro de la gastronomía erótica.
Los sabores del amor
Amaya reedita el popular adagio que reza: “el amor entra por la cocina”, y su versión ampliada, señala que… puede continuar allí.
“Lo que propongo es inédito porque se trata de reunir todos los elementos que se han descubierto de la intimidad sexual junto con todos los elementos que se han descubierto de la gastronomía erótica y fusionarlos”.
“Lo mío es descubrir cómo ciertas sustancias contribuyen a aumentar el erotismo, mientras que otras lo disminuyen”, señaló el experto. La gastronomía erótica toca algunos elementos que pueden hacer que el semen o flujo vaginal sea más apropiado para cuando se practica sexo oral y esto ha sido demostrado científicamente, señaló.
Resaltó que para llegar a este tipo de prácticas –cunnilingus y felatio– debe existir un alto nivel de confianza entre la pareja para minimizar los riesgos de Infección de Transmisión Sexual, -ITS-.
“Puede haber alimentos que hagan el flujo vaginal o el semen agrio, dulce, amargo o neutro. Hay otros alimentos que promueven esto. También existen alimentos que hacen que la vulva tenga olor desagradable y genere una repelencia sexual”, comentó.
“En Venezuela, la tierra del cacao, hay que descubrir la forma de ligar el erotismo con los elementos que contiene el chocolate. Que en porciones moderadas es un estimulante de la respuesta sexual”, dijo Alfonso Amaya.
Rosalinda Hernández
Fuente: El Clarín Web
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