Foto referencial (BBC) |
"Cuando el agua salpica y entra en contacto con las manos, la ropa, los utensilios de cocina, así como otras superficies cercanas como el fregadero, éstas se contaminan con la bacteria Campylobacter", apunta la FSA.
En concreto, si se contrae esta bacteria se pueden padecer fuertes diarreas, fiebre, dolores intestinales, vómito y deshidratación.
¿Cómo evitar la intoxicación a la hora de cocinar el pollo y esos alimentos? Desde la FSA recomiendan siempre cubrir y refrigerarlo, de forma preferente en la parte inferior de la nevera, ya que si gotea no afectará a otros alimentos.
Después de cortar y manipular el pollo, lava todos los utensilios con agua y jabón para la próxima vez que cocines. A continuación, cuece a fondo el pollo. ¿No sabes si están eliminadas las posibles bacterias? La agencia alimentaria asegura que lo más seguro es cortar por la parte gruesa de la carne. Si notas un tono rosado, debe estar unos minutos más.
Ya sabes lo que toca...
Fuente: Que.es
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