- Si el vino presenta exceso de alcohol, deberás servirlo más fresco (atenuará la sensación que produce la alta graduación).
 - Si lo encontramos demasiado ácido, se servirá a más temperatura de la recomendada, con lo que en boca parecerá equilibrado.
 - Si se trata de un vino con poco aroma, se servirá un poco más caliente de lo recomendado.
 - Si se trata de un blanco pesado, se presentará más fresco para que en boca se muestre más ágil y manifieste mejor acidez.
 - Si lo que ocurre es que lo encontramos demasiado dulce lo enfriaremos unos grados.
 - Los cavas y los champagnes con poco carbónico (burbujas) tienen remedio sirviéndolos algo más calientes de lo aconsejado.
 
Fuente: Hola

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