El bizcocho es pequeño, no es que mis manos sean grandes / MIKEL LÓPEZ ITURRIAGA
El bizcocho es seguramente el producto más básico y sencillo de toda la repostería: consiste en poco más que mezclar unos cuantos ingredientes, meterlos al horno y esperar a que se hagan. Por obra y gracia del impulsor químico, también conocido como "levadura de tipo Royal", después de un rato de calorcito esta combinación de harina, azúcar, huevo, grasa -aceite o mantequilla- y lácteo se transforma en uno de los productos más deliciosos que existen para desayunar o merendar. Por muy manazas que seas, es más que probable que tu bizcocho casero supere en calidad a cualquier infamia industrial envasada.
Para lograr un bizcocho digno de admiración sólo tienes que respetar unas pocas normas que afectan a los ingredientes, proporciones, mezclado, horneado y desmoldado. Todas las tienes resumidas en unos dos minutos el vídeo de arriba, en el que además aprenderás algún truquillo para que tu bizcochazo quede más fino, jugoso, esponjoso y amoroso.
Fuente: El Comidista - El País
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