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Esta salchicha está elaborada con carne de cerdo, tocino y se condimenta con varias especias como perejil y limón. La gran diferencia es que ésta se cuece y no se asa. Es justamente la cocción lo que le da su color tan característico.
En la mayoría de los restaurantes alemanes sirven la salchicha acompañada con mostaza dulce y un bretzel (tipo de pan en forma de lazo con sal).
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Este es un platillo típico para desayunar en Munich con una cerveza. Un dato curioso de la salchicha Weißwurst es que hay que quitarle la piel, que es tripa de cerdo, para poder comerla.
Fuente: National Geographic en Español
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