Para elegir algún vino y combinarlo con quesos deben saber que cuando éstos son blandos y de sabores fuertes van muy bien con vinos blancos, pues el sabor no se pierde.
Foto: Laxarcu |
Vamos a ver unas buenas combinaciones: el queso cheddar va bien con merlot o cabernet sauvignon; el queso fontina es ideal para el nebbiolo, por su excelente textura; el gruyere es muy agradable con un tinto suave como el pinot noir, que se puede acompañar más con algún queso suizo.
Para el queso azul, cabernet sauvignon o Zinfandel, y si tiene, oporto tawny o jerez. El queso de cabra y el feta van bien con tintos con cuerpo medio, como el sauvignon blanc o el pinot gris.
El vino blanco riesling marida perfectamente bien con el queso gorgonzola; el chardonnay con queso camembert o brie, y el gouda, con vino espumoso, o riesling.
Al roquefort le va perfecto a un vino dulce sauternes.
Es bueno saber que hay que servir los quesos en trozos grandes y, en caso de estar refrigerados, dejarlos a temperatura ambiente 30 minutos antes de servirlos. La temperatura de los vinos en la Península debe de estar al menos entre 12 y 13 grados, y si se desea acompañar con pan, los rústicos son ideales y aportan un buen sabor.
Es importante saber que los quesos contienen caseína, una proteína de la leche, y su consumo en exceso es un símil de haber tomado mucho alcohol.
Este ingrediente causa migraña y aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, tiene muchas calorías, causa problemas digestivos, aumenta el colesterol, está elaborado a base de sal, ocasiona presión alta y obesidad. Por eso lo ideal es comer con medida y disfrutar de una copa de vino con algo de queso y pan rústico. Un festival al paladar.
¿La recomendación final? dos copas de espumoso, un buen emmenthal, algo de pan rústico con especias y una tabla con algo de frutas.
José Carlos Palacios Sommelier
Foto: Megamedia
Fuente: Diario de Yucatán
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