Lugar para conservarlo
El café debe guardarse en un lugar fresco, alejado de la humedad y, a poder ser, en un recipiente hermético. De este modo, reducimos las posibilidades de que se alteren las propiedades del café al entrar en contacto con el aire. Debemos evitar guardarlo cerca de fuentes de calor como el horno, la vitrocerámica, el tostador, etc.
Nevera
Conservar el café en la nevera, ¿sí o no? Otro gran debate. Si pensamos en la nevera como un lugar fresco, alejado de fuentes de calor y de luz natural, cumple los requisitos, sin embargo, también debemos tener en cuenta que en la nevera hay una gran cantidad de alimentos y eso supone todo tipo de olores que pueden filtrarse y estropear el aroma del café.
Guardar en granos
Si puedes, siempre es mejor guardar el café en granos y molerlo justo antes de prepararnos una taza de café. Si tienes tiempo, date ese capricho un día, verás como la diferencia de sabor se nota.
Cerrar bien
Si conservamos el café dentro de su paquete original, debemos cerrarlo bien una vez abierto. Pinzas, bolsitas y botes herméticos, elijamos la opción que elijamos, debemos asegurarnos de que cierra bien y el contacto con el aire es mínimo. También es recomendable comprar siempre paquetes pequeños, para que el café no se pase tanto tiempo abierto hasta que se gaste.
Papel film
¿Conoces ese truco de poner papel film sobre el guacamole para que no se oxide? Pues con el café también funciona. Además de guardarlo en un bote hermético, es recomendable poner un trozo de papel film justo encima del café, en contacto con él, de este modo hay menos posibilidades de que el café pierda propiedades a medida que el bote se va vaciando y va quedando dentro más aire.
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