El líquido de los botes de conservas está formado por agua, por sal y por ácido ascórbico (éste usado para que no pierdan color). La funcionalidad del conocido como fluido de cobertura o de gobierno es encargarse de conservar, de sazonar y de distribuir el sabor por todo el alimento, puesto que está en todo momento en contacto con el mismo.
A nivel legal, toda la información de los desechos de las conservas viene recogida en el Real Decreto 2420/1978. De acuerdo con este documento, los fabricantes han de incorporar estos componentes que conforma este líquido han de aparecer en el etiquetado de los botes, indicando el peso neto y el peso escurrido total.
Un segundo aspecto a tener en cuenta y que recoge la legislación vigente es que los desechos de los botes no puede contener sustancias dañinas para la salud. Esto significa que el líquido de las conservas se puede beber sin problema.
Pero como bien señalan desde eldiario.es, una cosa es que sea apto para el consumo y otra cuestión es la salubridad del consumo de estas soluciones acuosas o aceitosas, las cuales generan desconfianza en los consumidores por los aditivos, el exceso de sal, el alto contenido en glucosa que contienen que no dejan de ser un aporte de calorías vacías. Y todo ello contando con el visto bueno de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, EFSA. Por lo tanto, si te preguntas si el líquido de las conservas en aceite y de los almíbares se puede beber, la respuesta es un sí.
María Lázaro
Fuente: ComputerHoy
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