En La Cocina del Vino, la sommelier Fernanda Orellano aborda al vino desde sus sabores, su origen y su importancia cultural. Además, brinda opciones de maridaje y muy buenos tips.
La Cocina del Vino. Del viñedo a la mesa, sin escalas es el tercer libro de la sommelier Fernanda Orellano. En sus páginas propone un recorrido didáctico por las idas y vuelta del vino con un estilo informal para un “consumidor que bebé, cocina, lee, come, twittea, te acepta y te rechaza; un consumidor fascinante que no descansa un solo día”.
En sus 10 capítulos, explica qué es el terroir, cómo son los vinos del viejo y nuevo mundo, las características y ciclo de vida de la vid, los vinos argentinos, los varietales y cómo armonizarlos, las catas y degustaciones, la historia y actualidad de la bebida en el país, la enología y los actores del mundo vitivinícola. La cocina, socia principal del vino, está presente en cada episodio. Además, Fernanda propone el maridaje ideal para algunas de las etiquetas de las bodegas locales más conocidas.
CÓMO DEGUSTAR VINOS
Orellano planeta que “para disfrutar del vino, no es necesario saber. Solo debemos beber, probar y experimentar”. Los profesionales, catan y en casa, degustamos, dice. “A la degustación la entendemos como una práctica esencialmente hedonista, que explica en palabras muy claras el placer o el desagrado experimentado al beber un vino. Porque los consumidores podemos no saber nada de vinos, pero si algo sabemos es lo que nos gusta comer y beber”.
Orellano planeta que “para disfrutar del vino, no es necesario saber. Solo debemos beber, probar y experimentar”. Los profesionales, catan y en casa, degustamos, dice. “A la degustación la entendemos como una práctica esencialmente hedonista, que explica en palabras muy claras el placer o el desagrado experimentado al beber un vino. Porque los consumidores podemos no saber nada de vinos, pero si algo sabemos es lo que nos gusta comer y beber”.
En el tercer capítulo, la sommelier planeta que “para que la degustación sea un ejercicio verdadero, vamos a comprender ciertos aspectos que tienen que ver con el color, el aroma y el gusto del vino” y brinda los siguientes tips:
1. Educar y entrenar los sentidos, todos podemos degustar. No se trata de tener un sexto sentido o un don especial.
2. Memorizas las sensaciones, prestar atención. Solo en esos casos, vamos a grabar en nuestra memoria un aroma; y vamos a recordarlo e identificarlo cada vez que se presente en un vino.
3. Probar a ciegas te abstrae de dos grandes enemigos: el condicionamiento y la autosugestión.
4. Aprender de la diversidad: bebiendo siempre el mismo vino, es imposible mejorar.
5. Tiempo al aprendizaje. Hacer un curso, leer un libro son recursos posibles, pero nada como la experiencia. Probar, probar y probar.
6. Olvidarse de adivinar la uva o la cosecha, eso es para las películas.
7. Un par de copas lindas no vienen nada mal. Sin duda, el diseño de las copas ayudan. Al menos algunas herramientas deberías tener: un sacacorcho (el de camarero es ideal), un par de copas y un cuadernito para anotaciones, porque, con el tiempo nos olvidamos del vino que tomamos.
8. A la degustación le ponemos onda. Otros libros te van a hablar de la sala blanca para catar o el mantel blanco, inclinar la copa, etc. La verdad, nada mejor que ese ratito que le dediques a la copa para degustarlo, hacerlo con atención y con ganas; y tomar nota de la impresión, que puede ir del 1 al 10, del excelente al regular, o simplemente del “buenísimo” al “qué fiasco”. Sé tu propia guía.
Fuente: Planeta Joy
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