¿Qué son los #VINOS triple A?

¿Qué son los vinos Triple A? Es una pregunta que nos puede surgir al encontrar una botella con este nombre en la etiqueta y que indica una forma de hacer vino que aúna agricultura, artesanía y arte.

Entonces, ¿qué son los vinos Triple A? Se trata de productos que, tomando como referencia las categorías presentes actualmente en el mercado, podrían considerarse como un paso más allá de lo orgánico y lo biodinámico. Sin embargo, es bueno especificar que no es una evolución de estos, sino un enfoque completamente diferente en la enología.

Agricultores, Artesanos, Artistas

Antes de profundizar en las características de estos vinos, para comprender mejor su naturaleza, es interesante conocer la etiqueta de los productores de vinos Triple A, ya que explica el significado de las tres A, que representan a agricultores, artesanos y artistas.

Los agricultores porque, de acuerdo con esta filosofía, solo un productor que trabaja directamente el viñedo de forma natural puede obtener una uva realmente sana y que mantiene intactas todas sus propiedades. Artesanos porque son las habilidades artesanales desarrolladas con precisión la que permiten desarrollar un proceso que no degrada ni la materia prima ni el producto resultante. Artistas porque solo una sensibilidad artística es capaz de capturar y valorar el alma de un producto y un territorio.

De estos tres pilares derivan algunas reglas a seguir en la fase de elaboración:

• Las viñas deben seleccionarse manualmente, de acuerdo con el principio de selección masiva (una práctica que apunta a elegir las mejores cepas de un viñedo, que luego se replantarán para preservar sus propiedades) para respetar las características un territorio y viñedo específico.
• Los viñedos deben cultivarse evitando el uso de sustancias sintéticas, respetando así los ciclos naturales de la planta.
• La cosecha solo debe tener lugar cuando la maduración se haya completado, con uvas naturalmente sanas.
• Los mostos usados ​​no se pueden corregir con aditivos ni dióxido de azufre, que, como mucho, se podría agregar en pequeñas cantidades durante la fase de embotellado.
• Solo es posible utilizar levaduras autóctonas, que normalmente están presentes en la bodega.
• No está permitido utilizar intervención física alguna en el producto, ya sea antes o después de la fermentación alcohólica (excepto para el control de la temperatura).
• El vino debe envejecer sobre sus lías finas hasta embotellarlo.
• No se puede hacer ninguna corrección química sobre el producto.
• El producto no se clarifica ni filtra antes de ser embotellado.

El propósito de estos productores es mantener la huella de la materia prima y el territorio en el producto terminado lo más intacta posible, interviniendo lo menos posible durante el proceso de elaboración.

Esto da vida a un producto de máxima naturalidad. Más allá de cualquier posible juicio sobre la calidad del resultado, que no siempre es comparable a un vino producido «tradicionalmente», lo que debe reconocerse es la capacidad de estos productores que no sucumben a los atajos en favor de mantener su particular filosofía.

 FABRIZIO INVERARDI

Fuente: Innaturale