Sus amplios beneficios y al ser libre de gluten, esta harina se convierte en un indispensable en la alacena
Muchos catalogan la harina de plátano como el nuevo superalimento, aunque como muchos otros, se consumen desde hace bastante tiempo a lo largo de todo el continente americano. La quinoa, el teff, el freekeh, la moringa o la maca revolucionaron los hábitos de consumo de la sociedad debido a sus propiedades antioxidantes, el gran aporte de nutrientes y la ausencia de gluten.
Procedente del plátano verde, la green banana flour se consigue secando el plátano, que es originario del continente asiático y se cultiva en regiones tropicales y subtropicales. Su origen es fruto del excedente en las cosechas de plátanos.
Para evitar tirarlos, se empezaron a secar, dando como resultado esta harina que se suele realizar con plátanos verdes, ya que contienen más almidón que uno maduro.
Además, su sabor es ligeramente amargo en crudo, por lo que necesita cocción para que sea un tanto más dulce y blando, como un plátano maduro o una banana en su mejor momento de maduración. Además, al poseer un gran contenido de almidón, dificulta su digestión si no se cocina previamente.
En la gastronomía latina y el Caribe se elaboran los populares patacones o tostones con el plátano verde, sin madurar, aplastados y luego fritos. También sirven como complementos de muchos platos, como la bandeja paisa, compuesta por arroz, frijoles, huevo frito o carne de res, entre otros ingredientes.
La harina de plátano tiene muchos beneficios: está libre de gluten, por lo que evita las inflamaciones del intestino; mejora el sistema inmunológico; y es rica en potasio, magnesio y fibra. Además, controla los niveles de colesterol en sangre, reduciendo el colesterol malo; mejora el estado de ánimo debido a su contenido en triptófano, al igual que los garbanzos; y aumenta la sensación de saciedad por su contenido en fibra.
En gastronomía, su uso es amplio y variado, abarcando desde la pastelería tradicional (bizcochos, galletas, magdalenas, tortitas o crepes) hasta las recetas saladas. También juega un buen papel como espesante de salsas, sopas o cremas o como complemento de comida de niños y adultos. Es muy empleada en la elaboración de panes y pastas.
Una alternativa más para los intolerantes al gluten o los que quieran experimentar o sumarse a una alimentación más sana y saludable.
MANU BALANZINO
Fuente: The Gourmet Journal
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