- Un Montecristo ya clásico y tres cervezas especiales demuestran que pueden ir de la mano
- El puro Montecristo Petit No.2 demostró su compatibilidad con la cerveza. Infografías: Jordi Català
Club Pasión Habanos, la asociación que agrupa a aficionados a los puros más importante del mundo, acaba de realizar unas catas muy especiales entre cervezas tipo prémium y el puro Montecristo Petit No. 2 que ha ofrecido a sus socios en Madrid, Barcelona y Málaga.
La cata trataba de romper uno de los moldes históricos que inciden en la incompatiilidad entre la cerveza y los puros habanos, y los resultados dieron la razón a la propuesta.
Una cata especial
La plataforma Los Cervecistas, que agrupa a las cervezas premium de Mahou-San Miguel, presentó de la mano de sus beer sumiller —y como ellos mismos dicen, "cuanto más sabes, saben mejor"— tres de sus cervezas más especiales: Grimbergen Blonde, Mahou Barrica y Mahou Maestra Doble Lúpulo.
Por otro lado, las doctas apreciaciones de José Andrés Colmena, brand ambassador de Habanos, descubrieron múltiples matices del Montecristo Petit No. 2, el hermano pequeño de uno de los clásicos del vitolario como es Montecristo No. 2, apreciando las cualidades de la armonización entre este cigarro y las tres cervezas a partir de la presentación de sus notas de cata.
Montecristo es la más mítica y posiblemente la más reconocida entre todas las marcas de Habanos; es como una referencia por la que se mide al resto de los puros. El nombre de la marca proviene de la novela de El Conde de Montecristo, de Alejandro Dumas.
El lector de tabaquería (figura creada para amenizar culturalmente el trabajo) de la fábrica de H.Upmann, en La Habana, leía tradicionalmente la novela a sus torcedores. Este sería el lugar en dónde se fundó la marca Montecristo en el 1935. Tal fue la popularidad de la novela, que se decidió poner a la recién nacida el nombre del protagonista de la novela.
La gama histórica de Montecristo, en un inicio compuesta por las vitolas numeradas del 1 al 5, se fue completando progresivamente para incorporar una oferta que cubriera todas las tendencias de los aficionados.
En 2004 nació una nueva vitola, Edmundo, que cubría la tendencia de formatos de cepo grueso, ausente en Montecristo; y dos años después esta línea se completó con el Petit Edmundo, nombre procedente de Edmundo Dantés, protagonista de la novela de Dumas.
En 2009 nacería la Línea Montecristo Open que traía cuatro nuevas vitolas, que incorporaban una ligada de menor fortaleza que el resto de vitolas de Montecristo, pensadas y diseñadas para satisfacer a las nuevas hornadas de aficionados con tendencia a fumar en los espacios abiertos.
Petit No. 2, el protagonista
En 2013 Montecristo presentó el cigarro protagonista de estas catas, el Petit No. 2, la nueva vitola que enriquecía la histórica Línea Clásica y que fue concebida para que los amantes de formatos figurados pudieran disfrutar de todo el sabor clásico de Montecristo pero en menos tiempo.
Este es un cigarro figurado, corto pero grueso, de cepo 52, de fortaleza de medio a fuerte, que proporciona un muy buen tiro, con bocanadas muy amplias y sabrosas, y que regala aromas y sabores intensos a tabaco, amaderados, con vagas puntas minerales, terrosos y dulzones que dejan recuerdos a frutos secos, café, cuero, cedro, vainilla y melaza.
El cigarro posee un posgusto bastante largo, lo que se agradece especialmente en estas fumadas cortas, con recuerdos a café, tostados, cedro, vainilla y melaza.
JORDI CATALÀ
Fuente: cerodosbe
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