Resistirse a una hamburguesa con mucha salsa o a una pizza con extra de queso es difícil, sobre todo cuando no abunda el tiempo para cocinar. Pero no hay por qué renunciar a estos manjares: solo tienes que aprender a cocinarlos.
En esos días en los que cocinar está absolutamente fuera de nuestro alcance, ya sea por exceso de trabajo, falta de tiempo o simplemente por pereza, la comida basura se presenta como una opción casi divina para aplacar el hambre. Sin embargo, la cultura 'healthy' y la constante búsqueda por mantener un físico saludable ha conseguido que gran parte de la población perciba la 'fast food' como un enemigo implacable. Cierto es que no van desencaminados, ya que la comida rápida suele hacer uso de alimentos ultraprocesados, harinas refinadas y cantidades muy altas de sal y azúcares que, sin duda alguna, pueden perjudicar el funcionamiento de nuestro organismo.
A pesar de que los aragoneses están entre los españoles que menos gastan en comida rápida, esto no significa que no disfruten de estas delicias calóricas de vez en cuando. Pero, para que puedan hacerlo más a menudo (y sin remordimientos), bajo estas líneas acercamos algunas claves que hacen de la pizza, hamburguesa o patatas fritas bocados saludables a la par que apetecibles.
- Pizza. Aunque si se sigue la auténtica receta italiana este manjar entra dentro de la dieta mediterránea, las cadenas de comida rápida lo han convertido con un alto contenido calórico (pero delicioso). Modificarlo está en nuestras manos (sobre todo si se quiere disfrutar de una pizza de vez en cuando sin saltarse en exceso la dieta), ya que solo hay que elaborar la masa con harina integral -o haciendo una pasta vegetal a base de coliflor, por ejemplo-, recubrirla de tomate natural y verduras frescas, añadirle poco queso y evitar los productos procesados, como el beicon o el chorizo.
- Hamburguesa. Si bien es cierto que cuanta más salsa, queso, beicon y más de cualquier ingrediente, más apetitosa es una hamburguesa, también lo es que a cada bocado sumamos colesterol malo a nuestro cuerpo. No obstante, evitar una ingesta excesiva con este bocado es fácil si se sustituye la carne de cerdo por la de pavo o por un filete vegetal de judías blancas o seitán, el pan por un mollete integral y las salsas de bote por mayonesa y tomate caseros.
- Patatas fritas. Crujientes y doradas por fuera pero con una textura suave si se les pega un mordisco... Así son las patatas fritas perfectas, un 'snack' vegetal que no tiene por qué engordar y ser nefasto para la salud si se eligen tubérculos frescos (y no patatas congeladas), se preparan al horno(en lugar de freírlas en aceite de oliva o de girasol) y se acompañan de salsas caseras. Además, en lugar de rociarlas de sal, se puede conseguir un efecto igual o más sabroso si se eligen especias como la pimienta, pimentón o curry, y se añaden antes de hornearlas.
Fuente: Heraldo.es
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