El nuevo local del chocolatero Miquel Coulibaly llega para redifinir el concepto de "cafetería".
Miquel Coulibaly. Alguien a quién conocer si todavía no le conoces, aunque nos extrañaría porque Miquel es un referente en la movida culinaria de Barcelona desde que hace 12 años empezó a adentrarse, por su propio pie y por su propia cuenta, en el mundo de la gastronomía.
Cafeteria Industrial© Beatriz Janer
© Beatriz Janer
¿Su más reciente atrevimiento? Cafetería Industrial, un concepto que se instala en el barrio de Poblenou y en un local original compuesto por un enorme pasillo abanderado por azulejos blancos y amarillos que colinda con una larga barra y se complementa con pupitres de mármol. Un escenario casual, un "bar de abajo" en el que tomar asiento, apoyar los codos en plena barra y atacar.
Porque aquí se viene a devorar los chocolates que se trabajan con pastas puras o en su formato más líquido –atención a su bebida de granos de cacao fermentado y al chocolate (venezolano) caliente hecho con agua en vez de leche–.
Creaciones dulces como los croissants (artesanos, por supuesto), bizcocho de manzana con ganache de chocolate, tartaleta de frambuesa y mango o el atzuki cake –bizcocho de cacahuete–, pasteles trabajados por hidratación y con un bajo contenido de gluten –o incluso sin su presencia–, tratando de apostar por una pastelería más saludable.
Cafeteria Industrial© Beatriz Janer
En el apartado salado, cuenta cada mediodía con un menú compuesto por una caja bento, al más puro estilo japonés, que incluye una bebida (un zumo de bayas, por ejemplo), platos como los onigiris con wakame y pepino y de postre, tartaleta de aguacate, chocoblanco y pomelo por 8,50€.
Aunque aquí nunca hay nada fijo, así que avisamos que lo mismo tu atzuki cake –bizcocho de cacahuete– está disponible un día y al siguiente ni rastro de él. Todo depende de lo que a Miquel le apetezca crear (o no) cada día.
Para beber, café tostado en casa bajo la marca de Coffee Adventure; matcha lattes, infusiones vegetales y por supuesto, Liquid Biscuit, la marca de Coulibaly de chocolates en polvo.
© Beatriz Janer
Con este concepto, Coulibaly entiende la gastronomía como algo totalmente nuevo, una constante búsqueda de nuevos conceptos a través de la improvisación y de los nuevos lenguajes. Para él, es imposible quedarse con una idea fija. Abraza el no control en los procesos de trabajo que, según cuenta, son claves para reinventarse constantemente y buscar nuevas y mejores ideas que den como resultado, productos mejores.
“Ya llevaba años detrás de intentar conseguir un escenario que sirviera para plantear todo el trabajo que estamos haciendo, no únicamente la parte puramente gastronómica del proyecto sino también el interiorismo, branding de marca, creación…”. Y es que detrás de Cafetería Industrial hay un vasto universo construido, un libro de marca donde se contempla todo desde el diseño hasta el interiorismo, con productos creados por el subestudio experimental de Miquel, Juguete Studio, donde trabajan el mobiliario, las estructuras y el interiorismo.
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