El Gourmet Urbano: #CERVEZAS | La cerveza del gran dragón

viernes, 18 de octubre de 2019

#CERVEZAS | La cerveza del gran dragón

Que la catedral católica de Qingdao se llame San Miguel no tiene nada que ver con que esta ciudad playera del noroeste de China celebre estos días su gran Festival de la Cerveza. O tal vez sí. Porque la iglesia, construida por misioneros germanos a principios del siglo XX, es uno de los vestigios del pasado alemán de Qingdao, al que se rinde encendido homenaje con este remedo asiático del Oktoberfest en el que los chinos trasiegan un millón de litros del líquido ámbar. Se trata de una cifra respetable, pero muy alejada de la orgía cervecera bávara (siete millones de litros), para la que ya falta menos de un mes. Qingdao es conocida como la capital china de la cerveza por la fabricación allí de la marca más célebre y exportada del país: la Tsingtao. De hecho, este era el antiguo nombre de la ciudad hasta que en 1930 pasó a llamarse Qingdao.

Qingdao, donde se elabora la 'birra' más famosa de China, brinda por su pasado alemán con un Oktoberfest muy particular

Colonizada por los alemanes entre 1898 y 1914, bastaron esos 16 años para dejar un excepcional legado arquitectónico en forma de templos, mansiones, palacetes, casas de piedra, jardines y arboladas avenidas que rompen con la anodina estética de las urbes chinas pobladas de compactos edificios que parecen fotocopias de color gris. Por la enormidad de sus salones, sus lujosos mármoles y la abundancia de maderas nobles, destaca el mal llamado Palacio del Cónsul, pues el citado cónsul no lo llegó a disfrutar nunca, al ser destituido sin contemplaciones cuando al káiser Guillermo II le llegó la factura de tanto derroche.

Quien sí gozó de la suntuosidad de sus estancias fue Mao Zedong, a quien, entre purga y purga, aún le sobraba tiempo para escaparse al Palacio del Cónsul a escuchar a Wagner en un gramófono (alemán, claro) entre carillones y vidrieras decimonónicas. Pero la verdadera huella que dejaron los teutones en Qingdao, su mejor embajadora en el mundo, ha sido y es la cerveza Tsingtao, «chinita pero matona», según la 'birrapedia'.

Fundada en 1903 a iniciativa de un próspero comerciante de Hamburgo, Tsingtao es la reina de las cervezas chinas y su sede central no se ha movido de Qingdao, que conserva las fábricas de donde salieron los primeros barriles. En 1991, muchos decenios después de que los alemanes tuvieran que salir por patas de sus colonias en China tras perder la Primera Guerra Mundial, Qingdao quiso rendir homenaje a sus patronos germanos con un Festival de la Cerveza que conmemoraba el centenario de la fundación de la urbe y su relación histórica con el dorado brebaje. Se ve que los chinos no guardan rencor a sus antiguos colonizadores; más bien lo contrario, habida cuenta del éxito de aquella primera edición y de todas las que le han sucedido. La 29ª, que justo concluye hoy, así lo corrobora con la asistencia de cuatro millones de feligreses durante los 30 días que se ha prolongado el ritual cervecero.

Retos gigantes


Como en el Oktoberfest de Múnich, en el de Qingdao no ha faltado la música bávara, el codillo con chucrut y cantidades ingentes de weisswurst, la salchicha blanca típica de Baviera. A la hora de copiar, los chinos son unos cracks, aunque en la antigua Tsingtao, para darle un toque local, le han añadido el karaoke y algún reto descomunal, que para eso estamos en el gigante asiático.

Por ejemplo, hace tres años, batieron el Guinness de personas trasegando cerveza a la vez. Se juntaron 10.000 gargantas que, antes de echarse al coleto su buen tercio, lanzaron un grito de guerra: «¡Ganbei!». Ojo, que si en China alguien dice 'ganbei' espera que los presentes apuren el vaso de un trago. No saber negarse a un 'ganbei' tras otro puede traer nefastas consecuencias. Y una curiosidad más. En Qingdao también se bebe en jarras, pero la costumbre es hacerlo en bolsas de plástico a las que los lugareños, (¡por San Miguel y todos los santos!) introducen una pajita. Quién sabe si por eso aquí la llamamos caña. '¡Ganbei!'.a

J. A. GUERRERO

Fuente: Hoy.es

No hay comentarios. :