¿Quieres apreciar tu copa de vino al máximo? El sommelier Jesús Flores de Finca Sala Vivé de Freixenet México nos explica cómo catar vino de acuerdo a su color y tipo: blanco, tinto o espumoso.
En cualquier cata hay tres etapas de apreciación: visual, olfativa y de gusto. Para vinos blancos y tintos te recomendamos tomar un sorbo inicial y pasarlo por toda la boca para que conozca el vino. Este primer contacto probablemente será muy fuerte. Toma entonces un segundo sorbo y éste sí disfrútalo: ya podrás percibir mejor las notas de aromas y sabores
© Foto Gourmet de México como-catar-vino-gourmet-blanco
En los vinos blancos las tonalidades pueden ser doradas, amarillo paja, o con tonos verdosos. Los más claros o tendiendo a verde son los jóvenes, mientras que los colores amarillos o dorados más consolidados corresponden a los vinos maduros.
Una de las recomendaciones es descifrar el vino a partir de las memorias propias, lo que te venga a la mente al oler o probar el vino. Aunque algunos ingredientes o notas son universales y pueden ser apreciadas por todos, la apreciación del vino también es subjetiva: cada persona ha tenido experiencias distintas que se detonarán de forma diferente al momento de estar frente a una copa.
Con el vino blanco se puede agitar la copa para liberar la siguiente capa de aromas: mécela en círculos para permitir que el líquido se oxigene y vuelve a oler; descubrirás un nivel de fragancia totalmente nuevo.
Algunas notas aromáticas comunes son durazno, mango, piña, toronja, o manzana verde, ésta última cuando el vino es inmaduro, sea que la cepa es joven o que la vendimia se realizó demasiado pronto.
Para catar vino tinto
Al catar vino tinto el efecto de la barrica es poderoso.
© Foto Gourmet de México como-catar-vino-gourmet-tinto
En este vino el color nos dirá mucho a simple vista. Un vino color violeta es joven, de añada reciente y con escaso o nulo paso por barrica. Si el color del líquido es rojo rubí, con tonos más apasionados y vivos, se trata de un vino que ya tiene crianza, teja marrón, anaranjado es Gran Reserva.
Mucho se dice respecto a las “piernas”: los hilos de vino que se forman en corona cuando agitamos la copa. En realidad estas piernas no afectan la calidad o percepción del vino, sino que son indicadores de la viscosidad del vino.
Aquí los aromas frecuentes son jazmín, rosa o menta; conforme maduran se añaden vainilla, canela, clavo, avellanas, caramelo o pan tostado.
El aroma e incluso sabor a cuero, o notas muy marcadas a humo o madera, son característicos de los vinos con mucho mayor añejamiento, ya que estas notas las da la barrica y el tipo de roble utilizado en ella, mientras que un vino joven mantendrá las notas florales y frutales de las uvas originales.
Para catar vino espumoso
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A diferencia del blanco y tinto, el vino espumoso no se puede agitar porque perdería efervescencia. Fíjate en la espuma, que sea voluminosa y duradera
Un indicador de calidad es la burbuja: busca burbujas muy finas; esto indica que el vino se fermentó a baja temperatura. Una buena señal es el “rosario” – hilos de burbujas que se forman entre la superficie y el fondo. Un rosario largo de burbujas finas nos habla de un vino con buena persistencia y elaboración correcta. Intenta escuchar el vino: acerca la efervescencia a tu oído y toma nota de lo que puedes oír.
Los espumados jóvenes tendrán aromas frutales y algunas notas de pan fresco hasta sus primeros dos años. En el caso de estos vinos no se recomienda tomar un sorbo y pasarlo por la boca, ya que el gas puede bloquear las papilas gustativas. Sí puedes tomarte el tiempo para apreciar las burbujas en labios, lengua y garganta pero procura que no abrumen tu paladar. Un buen vino debe tener una efervescencia ligera y fresca con textura sedosa
¿Estás listo para tu próxima aventura en una copa?
Michelle López
Fuente: MSN
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