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Elba Copado, maestra cervecera y propietaria de la microempresa Copado, comenzó a fabricar cerveza de sabores porque no le gustaba el sabor de la bebida tradicional y con el tiempo fue encontrando que la combinación con frutas le agradaba a otras personas.
Café, cacao, vainilla o frutas son los elementos que Copado le ha añadido como un toque distintivo a las cervezas, cuya producción compara con una receta de cocina.
«Los elementos se eligen de acuerdo a cada persona y sus gustos. Es similar a la gastronomía, ya están las recetas. Los chilaquiles (tortillas fritas en salsa picante) siempre van a ser chilaquiles, las cervezas igual, existen estilos bien definidos y con base a eso nosotros personalizamos el estilo», señaló.
El proceso de creación puede llevarse días o semanas, pues los maestros cerveceros ensayan las fórmulas químicas y las recetas una y otra vez hasta que resulte una bebida distinta, a la vez que atractiva para los clientes.
«Tienes que saber de cervezas, de estilos, saber algo de química, tener sentido común y aquí la imaginación es muy importante porque puedes poner muchos ingredientes siempre y cuando armonicen con la bebida que estás haciendo», apuntó Copado.
Una nueva tendencia mundial:
La fabricación de cerveza artesanal con distintos sabores, en busca de la originalidad, es una moda que se ha extendido en todo el mundo, también en México.
«Una tendencia entre los productores de esta bebida consumida en todo el mundo es la producción artesanal o a pequeña escala a la que se le puedan agregar sabores especiales que sorprendan a los consumidores, señaló este martes a Efe Guillermo Gutiérrez Chimal, director comercial de cervecería Escala.
Aunque la producción artesanal abarca el 0,16 % del mercado de cerveza en México la búsqueda de nuevos sabores marca un plus en el país latinoamericano, cuarto lugar en producción cervecera en el mundo, después de China, Estados Unidos y Brasil.
México produjo en 2016 un total de 10,5 miles de millones de litros en 2016, con una tasa de crecimiento de 7,8 % en su producción anual, de acuerdo con datos de Cerveceros de México, que integra a los grandes grupos fabricantes con otros más pequeños, que han dado al sector un aporte que abre a nuevos nichos de consumo.
La producción artesanal, y el añadido de nuevos sabores, «tiene que ver con una macrotendencia a nivel mundial que es que la gente está cansada de tomar lo mismo y quiere productos auténticos y propuestas diferentes; es un gran nicho de mercado que ha crecido y que va a la alza», aseguró Gutiérrez Chimal.
Escala produce actualmente 12 estilos de cerveza y cada mes crea una «especial» con sabores que nacen de la inquietud de su maestro cervecero, entre cuyos «sabores» resaltan el chocolate y el dulce de cacahuate conocido como mazapán.
Para el pasado Día de San Valentín (14 de febrero) la elección fue una cerveza con frutos rojos y para las fiestas de independencia, que México celebra en septiembre, pusieron en el mercado una con chile (ají) el llamativo picante mexicano.
«Jugamos con los ingredientes que tenemos a la disposición y aunque no sean las cervezas de línea, ya tienen una clientela», explicó Gutiérrez Chimal.
Aunque la creación de estas combinaciones que podrían parecer algo eclécticas, no es algo fácil de decidir frente a un mercado en el que las cervezas comerciales son las que reinan en las reuniones y celebraciones.
«No es fácil llegar al paladar de la gente cuando está acostumbrado a ciertos sabores porque hay que buscar que la cerveza por más ingredientes extras especiales que tenga sepa a cerveza y esas notas a mazapán, a chile, vainilla a chocolate, tienes que cuidar que no sean abrumadoras y no robe la atención de la cerveza», aseguró.
Alejandro Magallanes, director de Cerveza Loba, comentó que hay un tendencia por enriquecer los sabores clásicos de la cerveza con compuestos naturales.
A partir de ello, se dieron a la tarea de combinar sabores, levaduras y temperaturas para dar como resultado productos como la cerveza «Loba paraíso» mezclada con frutas mexicanas como la guayaba o la tuna y la «Loba sport» a base de trigo combinada con avena, cáscara de naranja y semilla de cilantro.
«El tema es siempre estar a la vanguardia, tenemos que aprovechar que en México tenemos acceso a especias y frutas frescas de manera fácil y proponer cosas nuevas en el mercado», señaló Magallanes.
La elaboración de cerveza artesanal en México se remonta a los años noventa del siglo pasado, por los llamados microcerverceros, definidos como las empresas que producen menos de 10 millones de litros al año. (EFE)
Fuente: La Tribuna
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