Foto: Crema y Natta |
Salsear y napar no son sinóminos, aunque son procedimientos similares. La diferencia principal radica en la consistencia de la salsa que escojamos. Para napar un alimento es necesario que la salsa tenga la consistencia necesaria para que ésta permanezca sobre la preparación y no resbale por su superficie. Es decir, la salsa para napar debe ser densa o semilíquida.
¿Qué es el punto de napa?
A esa consistencia determinada que debe tener una salsa para poder napar un plato es conocida como punto de napa o punto nappé. Es la textura ideal para dejar una fina capa de salsa que cubra el producto sin ser excesivamente espesa o pegajosa. En ese punto exacto la salsa tendrá un aspecto brillante y suave que conferirá a nuestro plato un aspecto suculento. Normalmente conseguiremos el punto de napa dejando reducir la salsa hasta que se evapore parte de su líquido. De esta forma también concentramos el sabor de sus ingredientes.
¿Qué alimentos podemos napar?
Cubrir con salsa una preparación culinaria puede tener como objetivo tanto enriquecer el plato y decorarlo, de tal forma que éste también tendría sentido sin el napado, como integrar un ingrediente fundamental en la receta. Veamos algunos ejemplos.
En algunas ocasiones, vamos a napar un plato para aportar sabor con la salsa y enriquecer o realzar la receta original. Por ejemplo, cuando hacemos un solomillo podemos naparlo con una salsa al roquefort o una salsa a la pimienta y darle así un toque diferente.
Otras veces, la salsa que usamos para napar es un ingrediente casi fundamental en nuestra preparación. ¿Qué serían de unos huevos rellenos sin la mahonesa con la que los cubrimos?
De igual forma que napamos preparaciones listas para servir, podemos napar un plato para hornearlo posteriormente. Sin ir más lejos, la deliciosa salsa bechamel es ideal para napar unas verduras o unos canelones y gratinarlos unos minutos en el horno. Echa un vistazo a estos calabacines rellenos de carne picada y verás un ejemplo de esta forma de napar.
Para aquellos a los que os encantan las recetas dulces, que sepáis que también se pueden napar los postres con salsas de frutas, de chocolate, etc. Un coulis de frambuesa, por ejemplo, queda buenísimo para acompañar una tarta de queso. Y, por supuesto, el sabor y la textura de muchos bizcochos se verá realzado sin los napamos con un ganache de chocolate ligero.
Por tanto, cuando a partir de ahora oigamos a algún cocinero hablar de napar, ya sabemos a lo que se está refiriendo. Aunque no conocieras el término, ¡seguro que has napado un alimento con alguna salsa más de una vez!
Fuente: Código Cocina
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