A la hora de elegir una podemos vernos un poco sobrepasados en un principio si no estamos familiarizados, debido a la multitud de opciones que nos ofrecen los diferentes fabricantes.
Como siempre, lo más importante es saber qué necesitamos. No es lo mismo tener que cuidar de dos o tres botellas que queramos consumir al mismo tiempo o de un número mayor. El mismo razonamiento nos servirá para el tipo de vino. Bien es sabido que diferentes caldos (tinto, blanco, verdejos) necesitan diferentes tipos de cuidados. Si tenemos variedad, lo mejor será optar por una multitemperatura o bi-zona que nos permita regular las condiciones de temperatura en las diferentes baldas.
En cuanto a la capacidad, los tamaños más normales en la industria actualmente son los de 6 hasta 12 (siempre pensando en neveras domésticas). Para lugares de restauración, podemos encontrar modelos con capacidades superiores a la treintena de botellas.
La ventaja de las pequeñas es la facilidad en el mantenimiento así como que ocupan realmente muy poco espacio. Normalmente muy compactas, refrigeran muy rápido, así que puedes alcanzar una temperatura de 10º apenas un cuarto de hora de ponerla en funcionamiento. Algo perfecto para poder degustar vinos al poco de llegar a casa.
Por contra, normalmente no dispondrán de dos zonas de temperatura, por lo que si tienes una colección más grande y variada, entonces lo mejor sería optar por modelos superiores en capacidad.
También deberíamos fijarnos en aspectos importantes como si las baldas pueden ser o no regulables en alturas (teniendo en cuenta que cada vez más, las botellas tienden a tener multitud de formas diferentes que pueden dificultar el almacenamiento regular) o la luz.
Esta, como es bien sabido, no es aconsejable para el vino al que le provoca daños y cambios en su composición química que pueden hacerle perder su valor. Por tanto, fijémonos en que la puerta de cierre sea o bien totalmente opaca, o mejor aún, que filtre la luz de forma polarizada para así impedir la penetración de los rayos UVA.
Otro factor que puede pasar desapercibido es el de la humedad. Para una correcta conservación, en torno al 70% es lo ideal, ya que ayuda al corcho del tapón a mantener sus condiciones.
En definitiva y como podemos comprobar, tener y mantener una buena colección de vinos en casa lista para ser degustada en cualquier momento, es una tarea mucho menos complicada de lo que podríamos pensar en un primer momento.
RONDA SOMONTANO
Fuente: Ronda Somontano
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