El Gourmet Urbano: #VINOS | ¿Los vinos caducan?

jueves, 19 de marzo de 2020

#VINOS | ¿Los vinos caducan?

Seguro que te lo has preguntado más de una vez. Aquí tienes la solución.
Que si los vinos caducan me preguntan desde las altas instancias de Esquire.

Hay gente que me dice que soy la gran esperanza de la comunicación del vino de este país y mírame: escribiendo sobre si los vinos caducan. Aquí me hallo, delante de un ordenador, porque parece ser que en Google la gente busca que si los vinos caducan.

MORSA IMAGES


Por lo visto entre búsqueda y búsqueda (de pornografía en su mayoría), el personal con interés en cuestiones vínicas, toma al vino por un yogur. Que si los vinos caducan. Pues no, no caducan. Dicho en el sentido de que haya una fecha a partir de la cual su consumo ponga en peligro vuestra salud. Otra cosa es que el líquido resultante por el paso del tiempo sea más o menos agradable.

Hay alguna bodega jerezana, que yo sepa Tío Pepe y Osborne, que sí indican una fecha de consumo preferente al considerar que a partir de esa fecha el vino, al evolucionar, degrada. Es una idea muy loca pero la tengo que hacer constar.

Conclusión: salvo extravagante decisión del elaborador, nunca vais a ver una fecha de caducidad en la etiqueta de un vino.

Estaría bien dejar aquí el texto, pero, claro, no creo que me lo pagasen y yo quiero cobrar, no porque me haga falta pero sí me hace ilusión. Así que voy a aprovechar este trance para matizar el asunto y es que una cosa es que el vino no caduque y otra que no haya un momento óptimo de consumo.

De hecho esto sí es un temón repleto de controversia y teorías con mucho esoterismo. Incluso ha generado inventos como el Coravin que permite probar el líquido de una botella, observar su evolución, sin tener que descorcharla y así seguir guardándola en caso de que ese instante nirvanesco no haya llegado.

Sí. Dentro del wineloverismo una de las conversaciones más recurrentes, y agotadoras, se refiere a intentar predecir el estado “ready to drink” del líquido de una botella.

Getty Images

Y claro, como mamíferos con una percepción muy limitada de la realidad, y repleta de sesgos, a los seres humanos se les da fatal predecir (por ello los astrólogos y los economistas hacen tanto el ridículo… es que vienen a ser la misma profesión), tanto que las teorías que voy a exponer no se cumplen del todo nunca.

Nuestro empirismo, forjado a base de abrir y abrir botellas de toda añada, latitud y altura nos ha hecho llegar a ciertas conclusiones cuñadas que no funcionan totalmente y nos entretenemos mucho refutándolas.

Vamos.

Una de nuestras reglas de oro es que un vino de región fría, o de altitud, uno cuya nota predominante, cuando sale al mercado, sea la acidez lo puedes guardar por un periodo que supere esa barrera psicológica de los diez años sobre añada.

Por el contrario otro de una región cálida y/o mediterránea, de tanino y/o alcohol dominante pues no están hechos para guardas tan largas y su periodo disfrutón, siempre hablando de vinos con pretensiones, no llega al plazo anterior.

Voy a poner ejemplos ya que esto va destinado a personas que se pensaban que un vino es como unas natillas.

Ejemplo 1: Estamos en 2020 por lo que un Pazo Señorans (vino atlántico y ácido) de 2010 estará bien rico. De hecho este en concreto es de titanio porque hace nada he catado un 2001 y también estaba pletórico.

Ejemplo 2: Ahora imagina que estamos en 2023, pues un Juan Gil, Bruto (tinto mediterráneo con 16º de alcohol) de 2017 deberías irlo poniendo en la rampa de salida.

Claro, esto es muy general porque luego hay vinos con estilos que no corresponden a su clima, resultando que hay etiquetas de regiones frías bien cálidos y viceversa.

Hay que estar al estilo de la propia referencia. Un Vega Sicilia “ÚNICO” se recomienda plantearse abrirlo al pasar los 25 años sobre añada, praxis que yo no aplicaría con casi ningún otro Ribera del Duero.

Otro asunto clave es desterrar mitos estúpidos como que los blancos o espumosos no sirven para guarda o mentiras cabronas, y normalmente pagadas, tales como que el tanino de madera se integra con el paso del tiempo. Nanay. Si un vino es pinocher lo será hasta su muerte.

Steve Race / EyeEmGetty Images

Total que al final os voy a dejar un poco como estabais, pero es que todo el que os de una norma como segura, en este campo, os está engañando.

Realmente es un misterio que haya riojas de finales del XIX que estén bien buenos o que un Finca Dofí (DOQ Priorat) de 2004 salga espectacular y que luego un tinto de Gredos no haya aguantado ni tres años.

Por eso hay winelovers old school que se compran una caja (6 botellas) y van abriendo una cada cierto tiempo para ver cómo va yendo el tema, pero ni así porque, por otro misterio insondable, no todas las botellas evolucionan igual.

Otros han recurrido al ya mencionado Coravin para “pinchar” un poco los vinos, servirse algo cada cierto tiempo, y así asegurarse cazarlos perfectos.

Porque tanta rabia da beberlos pronto como descorcharlos tarde, la clave es que este líquido procedente de la fermentación de la uva es un “organismo” muy vivo y caótico.

Vamos que no tengo ni puta idea.

Pero ni yo, ni nadie.

SANTIAGO RIVAS

Fuente: Esquire

No hay comentarios. :