La pantalla grande no se exenta de enseñar o simplemente compartir sensaciones, lugares y experiencias que tienen que ver con la cultura vitivinícola. Ambos son sensitivos, trascendentes, entrañables.
En estas líneas compartimos algunas recomendaciones de películas donde el vino se vuelve protagonista o simplemente un actor secundario que nos deja una enseñanza para abrir otra botella…
En estas líneas compartimos algunas recomendaciones de películas donde el vino se vuelve protagonista o simplemente un actor secundario que nos deja una enseñanza para abrir otra botella…
Entre copas (Sideways), Alexander Payne, EE.UU., 2004
Esta película será del agrado de quienes sueñan con hacer la ruta del vino en California, ya que muestra la historia de un par de amigos que se aventuran a una despedida de solteros entre bodegas y viñedos.
Uno de los dos es un antipático conocedor que intenta despertar el gusto por el vino en su amigo, por lo que durante toda la película se exponen conceptos básicos y muy precisos sobre los aromas de cada variedad, procesos de vinificación y unas cuantas recomendaciones para iniciar en ese basto mundo del vino.
Red Obsession, David Roach y Warwick Ross, Australia, 2013
Es un documental que aborda la fortaleza económica de China y el impacto que provoca en el mundo del vino. La tradición de los grandes “crus” de Francia ante un mercado tradicional y una moda China que parece desestabilizar la forma de vender de los famosos Châteaus.
El país con más población en el mundo se está volviendo un gran consumidor de vino, por lo que harán lo que sea para satisfacer la demanda sin importar la suma.
El viñedo que nos une (Ce qui nous lie), Cédric Klapisch, Francia, 2017
“El amor es como el vino, necesita tiempo”. Con esta frase, Klapisch sella esta gran película comparando al amor con un buen vino. Su metáfora acerca del proceso vinícola para retratar la relación de tres hermanos es bastante efectiva y conmovedora.
En la cinta se expone una narrativa a modo de documental acerca de la producción vinícola tradicional donde podemos ver el retrato a la perfección de todo el ciclo que tiene que atravesar un buen vino.
Un buen año (A Good Year), Ridley Scott, Reino Unido/Francia, 2006
Más allá de una película romántica, la historia que nos muestra Ridley Scott está rodeada de un viaje por los viñedos de Provence en Francia. El filme nos da varias lecciones de vida basadas en la vitivinicultura.
Retrata la vida de negocios de un gran estafador, quien luego de la muerte de su abuelo, regresó a los momentos más bellos de su infancia cuando vuelve a tener contacto con los viñedos que recorría con él.
Por medio de flashbacks, la película nos muestra eternas enseñanzas del campo aplicado al mundo de los negocios.
Guerra de vinos (Bottle Shock), Randall Miller, EE.UU., 2008
Es una comedia dramática basada en el Juicio de París: la competencia entre los vinos americanos y europeos que narra el momento en que el vino de California derrota al vino francés en una cata a ciegas.
Tanto en blanco como en tinto fueron los mejores, un chardonnay que inmortalizó al Chateau Montelena de 1973 y por parte de los tintos un cabernet Sauvignon, el Stag’s Leap Wine Cellars 1973, un punto por encima del Château Mouton Rothschild 1970.
Un conector más para disfrutar del vino
Las películas que compartimos son una invitación más a pasar un buen fin de semana viendo cine que antoje beber vino. Son opciones que tanto en la narrativa visual o la fidelidad del guión nos pueden enseñar un poco más de este placer gastronómico:
“Un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con las películas, nace y renace en cada saboreador”, Federico Fellini.
Edgar Perez
Fuente: Lider Empresarial
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