Tuve que analizar un poco la respuesta, ya que es un alimento muy versátil y sus acompañamientos son para diferentes tipos de variedades de uvas; aunque la base sea harina de trigo y queso (lácteo) no nos olvidemos de la salsa de tomate (un elemento alcalino) que balancea todo el sabor de la pizza.
Todos sabemos que es el producto que nos acompaña por excelencia: en casa, viendo una película o un partido de fútbol. La pizza siempre acompaña nuestros mejores momentos y como les digo siempre: “Hay que saber buscar el punto justo de la armonización”.
Si ustedes son de comer las pizzas ligeras, sin muchos ingredientes, del tipo flat, yo recomiendo que las acompañen con algún vino espumoso suave, puede ser un tipo blanco dulce moscato o Oppenheimer, sin mucha emoción, para solo cumplir,
En cambio, si la pizza tiene jamón, los vinos jóvenes con buena acidez se destacan por el resto de los vinos.
Si vamos a ordenar una pizza que tenga algo de carnes frías, como salchicha o pepperoni, la cosa cambia, ya que se necesita un vino que tenga crianza y textura, podría ser perfectamente un tempranillo de Ribera del Duero o una garnacha tintorera, son variedades ideales para la correcta armonización de los elementos.
Las pizzas que tienen diferentes tipos de carnes como tocino o pastor necesitan vinos afrutados y con buena acidez. Las pizzas con champiñones y espinacas quedarían muy bien armonizados con un buen vino rosado.
Algunas pizzas vienen con unas mezclas algo exóticas, como jamón serrano y peras, o queso de cabra y mermelada; la opción de vino será con el ingrediente que domine el espectro del sabor. En el caso de la pera, esta pasará a segundo plano y el jamón serrano resaltará a la cocción; si se le coloca arrugula, experimentaremos otro cambio, ya que ese tipo de hierbas es de la familia de las brasicáceas, con un ligero amargor. Para estos casos puntuales, sugiero que el acompañante del vino sea un shiraz, ya que por sus caracteres especiados hace casi un perfecto emparejamiento.
Si se prefiere una pizza solo de queso o a base de quesos, con mucho potencial de sabor, se necesita igualar con un vino que sea lo suficientemente fuerte en boca. Como segunda opción, todos aquellos vinos que sean abocados funcionan con este tipo de maridaje.
También tenemos un capítulo aparte para los vegetarianos, y cualquier pizza que tenga la mayoría de los vegetales. La recomendación es comer con vinos blancos algo frizante o de aguja, un rosado suave tipo Provence.
Hay una gran diversidad de pizzas y vinos que pueden hacer de esta comida rápida un festival de sabores en la boca, y nuestro corazón y alma se los agradecerán.
José Carlos Palacios Sommelier
Fuente: Diario de Yucatán
No hay comentarios. :
Publicar un comentario