El doctor Rubaiyat Haque, de la clínica londinense Guy's and St Thomas' Hospital, afirmó en un comentario al medio Daily Mail que "la alergia al alcohol no existe", y es que las moléculas del alcohol son demasiado pequeñas como para que nuestro sistema inmune las reconozca y cree una respuesta alérgica.
Al mismo tiempo, puede tratarse de la denominada intolerancia al alcohol, que tiene que ver con los problemas del sistema digestivo o el hígado. Algunas personas carecen de una enzima llamada aldehído deshidrogenasa, que participa en el metabolismo del alcohol. Sin embargo, en el caso de que el hígado no la produzca, el etanol se convierte en el tóxico acetaldehído, algo que, a su vez, da lugar a síntomas como enrojecimiento de la piel, náuseas o dolor de cabeza.
Otra razón son los conservantes normalmente presentes en los vinos y llamados sulfitos. Esta sustancia también se utiliza para aumentar la vida útil de la carne procesada, los platos preparados y frutos secos.
"La clave aquí es la cantidad. Los niveles de sulfitos son típicamente muy altos en los vinos", explicó Haque.
El experto agregó que los vinos blancos contienen el doble de los sulfatos —unos 100 miligramos por litro— que los tintos. En cuanto a los vinos de postre, suelen contener incluso más sulfatos.
Entre las razones de la embriaguez demasiado rápida también figuran los llamados taninos. Estas enzimas están presentes en las uvas y la piel de las plantas. Algunas personas también tienen intolerancia a las sustancias que se utilizan para aumentar la velocidad de fermentación, como la levadura.
Si quieres averiguar si tienes intolerancia al alcohol sin tomarlo, solo necesitas colocar una gota de la bebida en tu antebrazo y esperar unos 15 minutos. Si hay una reacción como erupción o sarpullido, deberías renunciar a este tipo de bebidas.
Y si sospechas que podría ser una alergia a los sulfatos, trata de "tomar vino orgánico o vino con muy pocas cantidades de sulfatos para ver qué pasa".
El experto también contó que el hígado de una persona que suele tomar mucho alcohol comienza a producir más enzimas capaces de inhibir los efectos negativos del etanol, como la proteína FGF21. Sin embargo, no te recomendamos utilizar este método si llevas un estilo de vida saludable.
Fuente: Sputnik News
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