Foto: archivo |
A propósito del lanzamiento de la colección de El País de “Jarras de Cerveza”, conversamos con un experto que cuenta las bases para disfrutar de esta bebida y para probar diferentes estilos.
Para conocer los detalles del fascinante mundo de la cerveza conversamos con Pablo Rodríguez Mezzetta, coordinador del curso de Sommelier Profesional en la Facultad de Química de la Universidad de la República, también a cargo de los cursos de Especialista en Cerveza y Especialista en Whisky.
El experto señaló, en primer lugar, que a la hora de beber una cerveza se ponen en juego los cinco sentidos: “Incluso uno de ellos, que muchas veces pasa inadvertido a la hora de probar una cerveza o un vino, que es el oído. El oído es casi tan importante como los otros sentidos y en la cerveza aún más, ya que con él podemos apreciar la densidad de la bebida a la hora de servir en una copa e incluso la presencia de gas carbónico, tanto sea al abrir una botella o al oír las burbujas salir de la copa”.
Todo ingresa por la vista, oído, nariz y boca, dijo Rodríguez Mezzetta. “Y si alguno de los sentidos no convence... ya lo dispondrá el resto. Es como pensar en un café espresso, que puede ser delicioso, hecho con los mejores granos de café y en la mejor cafetería de Montevideo... pero si te viene sin espuma o frío, ya no te va a gustar porque uno de los factores falló. Por eso es tan importante utilizar todos los sentidos siempre”, explicó.
A la hora de probar diferentes tipos de cervezas “no hay reglas de oro”, sostuvo el sommelier, puesto que cada uno tiene su gusto personal y la idea es disfrutar de la bebida.
De cualquier manera, hay algunas recomendaciones que se aplican desde la parte sensorial para cualquier producto, ya sea cerveza a cualquier alimento.
“Si se va a probar distintos tipos de cerveza lo recomendable es ir de más suaves a más intensas. En las cervezas, el color suele ser un indicativo del grado de tostado de la malta y, por lo tanto, la intensidad de sabor. La idea es ir de menos alcohólicas a más alcohólicas, de más secas a las que tienen una traza de dulzor mayor. Siempre ir de menos a más, ya que si arrancás por una cerveza oscura (tipo Stout, por ejemplo) y luego continúas con una Lager, esta última se sentiría sumamente neutra y suave... Sería casi como tomar agua, ya que el paladar se te saturó rápidamente. Pero como dije antes, si te gusta esa sensación, disfrutala”.
El experto agregó que es algo similar a lo que sucede con la comida: “Nunca se empieza con un flan con dulce de leche y se termina con una ensalada. La idea es ir de menos a más”.
Para una mejor experiencia a la hora de catar, ¿es recomendable comer algo al tiempo que se bebe? ¿Hay que tomar agua en paralelo para poder percibir mejor o no es necesario? Rodríguez Mezzetta dijo que existe “una regla infalible” y es que cada una copa o vaso de cerveza, hay que beber un vaso de agua. “El alcohol deshidrata y la cerveza tiene el plus de que es altamente diurética, por lo tanto, el efecto es mayor. Por eso se recomienda esa relación de consumo”, explicó.
Si en el momento se están probando varias cervezas es aconsejable acompañar con algo sólido, lo más neutro posible.
“Al probar varias bien diferentes hay que evitar alimentos con sabores fuertes, ya que en algunos casos tapan a la cerveza. Por ejemplo, si se está comiendo unos nachos con guacamole subido de picor, una Lager pasará como agua, pero con una de estilo IPA va a ir de maravilla ya que el amargor equilibrará el picor. Pero nuevamente, estas son solo recomendaciones. Cada uno tiene sus combinaciones preferidas”, dijo.
En el caso del vino se mueve la copa en círculos para oxigenarlo y que se desprenda mejor el aroma. El sommelier detalló que en el caso de la cerveza es diferente y hay que ser cuidadosos, porque si se agita el vaso o jarra, se acelera el desprendimiento de gas carbónico y se pierde antes. “Se puede hacer un poco si queda media copa (para no volcar) y se notará que aumenta el aroma, pero se entra en el riesgo de acelerar la perdida de gas”.
Se puede catar perfectamente en una copa standard. Esta tiene que ser de tamaño medio y con una boca tendiendo a cerrarse, para disminuir la posibilidad de pérdida de aromas.
El experto explicó que existe gran variedad de jarras, vasos y copas de cerveza de distinta forma y tamaño, dependiendo de las características de cada cerveza y desde la cultura de cada origen. Y enseñó: “Por ejemplo, para Pilsener o Lager, se estila más consumir en jarras grandes; incluso en Alemania se beben muchas veces en jarras de 700 mililitros a un litro. ¿Por qué? Son cervezas livianas y de bajo alcohol que se beben muy rápido. No se le da tiempo a calentarse ya que se beben velozmente”.
Para poner un ejemplo opuesto, Rodríguez Mezzetta mencionó que las cervezas belgas, en general, se venden en botellas pequeñas y cada marca tiene su copa del mismo volumen que la botella. “Eso es porque son cervezas muy complejas tanto en aroma, sabor y cremosidad, además de que son levemente turbias y suelen tener algo de borra. Borras que no son negativas, todo lo contrario; es lo más cotizado. Se sirve la botella lentamente en la copa, se dejan dos centímetros en el fondo de la botella, se agita para desprender la borra del fondo y se termina de servir en la copa. Y así podemos seguir con cada estilo. Todo tiene un por qué. Nada es caprichoso”.
¿Con espuma o sin espuma? Rodríguez Mezzetta respondió que la cerveza se bebe con espuma, pero sin excesos: “Con dos a cuatro centímetros de espuma alcanza. Después hay variaciones dependiendo del estilo. En las belgas, por ejemplo, en general la espuma es uno de los atributos más importantes por su sabor y cremosidad. Pero meterse en cada estilo y cuánta espuma puede ser engorroso”. La recomendación es que tenga espuma, pero en su cantidad justa.
El experto explicó: “La espuma protege a la cerveza de pérdida de calor casi como una ‘tapita’ y lo más importante de todo es que se evita la perdida a gran escala de gas carbónico”.
Otro detalle no menor, agregó, es que con cada sorbo en la boca se mezcla la parte líquida con la espuma al inclinar el vaso o la copa, y al pasar, la cerveza queda sumamente cremosa. Si la cerveza servida tiene exceso de espuma, se tomará solo espuma. Detalles para prestar atención.
ROSANA DECIMA
Fuente: elpais.com.uy
No hay comentarios. :
Publicar un comentario