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Hoy te contaos cómo servir el vino de forma correcta para poder aprovechar todas sus cualidades y no desmerecer una buena botella cuando la maridamos con una cena especial, un pincho o una tapa.
Hay determinadas actividades que realizamos de forma automática y, en ocasiones, no nos paramos a pensar mucho en ellas. Sin embargo, puede marcar la diferencia hacerlas de una u otra forma, así que no siempre se deben de pasar por alto.
Entre ellas se encuentra el servir el vino de forma correcta para poder aprovechar todas sus cualidades y no desmerecer una buena botella cuando la maridamos con una cena especial, un pincho o una tapa. Así que en esta ocasión te ofrecemos algunos consejos para servir el vino. Toma nota por si no los conocías.
Orden para servir el vino
Si vas a servir varias botellas de vino durante un banquete, una comida o una cena, tienes que tener en cuenta, además del maridaje, que deben seguir un orden que vaya del más ligero al de mayor cuerpo. Esto te resolverá muchas dudas, ya que a modo general suele funcionar siempre.
En consecuencia, primero sirve el vino joven, después los crianzas y al final los reservas. Seguro que te parece más sencillo todavía si tienes en cuenta que también puedes recurrir a clásico que no suele fallar: primero los blancos, después los rosados y, por último, los tintos.
Seleccionar las copas
La copa de vino sirve para amplificar sus aromas, pues son centenares las sustancias aromáticas que se encuentran en el vino blanco o en el vino tinto, y es la copa las que permite apreciarlas. Elige la más adecuada para cada tipo de vino y que tenga el tallo largo para cogerla cómodamente por él. Coger la copa por su parte superior provocaría calentar el vino con las manos y modificar con ello su sabor.
Descorchar bien el vino
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Un punto fundamental a la hora de servir el vino es descorchar la botella de la forma adecuada. Para ello, debes usar un sacacorchos de calidad y practicar hasta tener una buena técnica. Coloca la botella sobre la mesa, introduce el sacacorchos en el centro del corcho y evita en todo momento moverla al descorcharla. Lo único que debe girar hasta salir es el corcho. Pero un buen truco es que, antes de quitarlo del todo, lo gires un poco, para que entre un poco de aire en la botella y sea más fácil quitarlo. Y recuerda que, una vez abierta, debes limpiar la boca de la botella con un paño o una servilleta limpia.
Cuando tengas la botella abierta, vierte algo de vino en una copa aparte con el fin de eliminar los restos de corcho que puedan haber caído. Y si no eres muy hábil con este accesorio, siempre puedes usar un sacacorchos eléctrico. Más fácil imposible.
Seleccionar la temperatura adecuada
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Uno de los secretos para servir un vino correctamente es que este tenga la temperatura adecuada. De hecho, un vino excelente que debe servirse frío no te sabrá nada bien si lo tomas caliente y viceversa. Si la temperatura es demasiado alta potenciarás el sabor a alcochol y si es demasiado baja se disiparán sus aromas, de ahí que sea tan importante que cada tipo de vino sea servido en su temperatura más adecuada.
Así, la temperatura aconsejable para servir los grandes reservas y reservas es entre 16 ºC y 18 ºC; los crianzas, entre 14 ºC y 17 ºC; los tintos jóvenes, entre 12 ºC y 14 ºC; los vinos blancos crianzas y los vinos dulces, entre 10 ºC y 12 ºC; los vinos blancos jóvenes y los vinos rosados, entre 7 ºC y 10 ºC; y los cavas son los que se sirven más fríos, entre 5 ºC y 7 ºC.
Cómo servir el vino en la mesa
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Antes de servir el vino, se aconseja abrirlo y que se airee un poco. Si eres el anfitrión y encargado de servir el vino, tienes que hacerlo antes de que se sirvan los alimentos, ya sea de la botella o del decantador si has decidido usar uno. En este caso, debes decantarlo una hora antes.
Sirve el vino en orden a todos los de la mesa, comenzando por tu izquierda. El protocolo no considera correcto eso de servir primero a los mayores o a las mujeres. Hazlo sin distinción, de pie, situándote detrás y por la derecha respecto a la persona que está sentada, y no apoyes la botella en la copa al servir.
La copa no debe llenarse nunca hasta arriba, solo un tercio de la copa. En los vinos blancos y los cavas incluso puedes servir menos cantidad para que se mantenga la temperatura y no se calienten, teniendo en cuenta que estos deben degustarse fríos. También debes tener en cuenta que si se cambia de vino, lo adecuado es cambiar de copa o, en su defecto, enjuagar con agua la misma que hayas usado, para no mezclar los sabores.
Con todos estos trucos solo queda catar un buen vino en buena compañía con una excelente comida, unas aceitunas o una tabla de queso o embutidos. ¡El éxito está asegurado!
Silvia Pato
Fuente: publico.es
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