El vino de postre es perfecto para endulzar tu paladar. Foto: Pixabay |
A pesar de las clasificaciones distintas, existe el apartado de los vinos de postre y también tienen un sabor único
Si eres un experto, seguro sabes de lo que hablamos, si eres un bebedor aficionado, probablemente te das una idea y si eres un alcohólico declarado, lo más seguro es que alguien te haya explicado alguna vez de qué se trataba, pero se te olvidó, porque te tomaste todos esos y más. Así que nosotros venimos a curar esas lagunas mentales que no te permiten presumir con propiedad qué tipo de vino es el que estás tomando.
El vino es una bebida alcohólica que se obtiene de la fermentación de las uvas, mediante la fermentación alcohólica de un mosto o zumo. Gracias al azúcar y los ácidos que posee la fruta se puede desarrollar una fermentación que puede obtener cierto sabor, según diferentes factores como el clima, la latitud, altitud, horas de luz, temperatura y muchos otros. De hecho tiene muchas clasificaciones que toman en cuenta todo esto para saber a qué grupo de vinos pertenecen.
Se les puede clasificar por su color, sabor, contenido de dióxido de carbono, alcohol o sencillamente por su edad o almacenamiento. De acuerdo con el tipo de vino que sean, pueden ser la mejor o peor bebida para acompañar algunos platillos o postres. Pero para tomar una buena decisión, lo más sano es consultar a algún sommelier, para que te dé detalles o te sugiera maneras de beberte un buen vino con el mejor maridaje.
¿Cómo se clasifican los vinos?
Sin embargo, una vez que le entras un poco al mundillo, sabrás que hay vinos secos, semi secos, dulces, afrutados, jóvenes o añejos. Todos estos tienen características diferentes. Por ejemplo, los primeros se caracterizan por no tener sabor afrutado, sino más fuerte, mientras que los semi son los que están en el punto medio: Es decir, ni muy amargos, pero tampoco muy dulces, los demás se describen casi por sí solos.
A pesar de las clasificaciones distintas, existe el apartado de los vinos de postre y estos son aquellos que poseen alto contenido en azúcar y que suelen tomarse en muchas ocasiones después de las comidas. También destacan porque suelen tener alta graduación alcohólica, aunque existen otros que no tienen tanta. El azúcar de estos, varía entre 50 gramos por litro y más de 400 gramos por litro. Estos vinos, al igual que los fortificados, poseen alta graduación alcohólica.
No en todos los países logran diferenciar entre los vinos de postre y los fortificados, porque los vinos de postre pueden ser elaborados mediante la fortificación alcohólica, en cuyo caso también serían vinos fortificados. Sin embargo, para que no te confundas más de lo necesario hoy te presentamos una breve lista de los que podrías incluir en tu cava, si deseas incluir estas bebidas después de comer.
Hay varios tipos de vinos de postre. Foto: Pixabay
Vinos de cosecha tardía
Son los realizados con uvas vendimiadas de forma tardía, en el momento en que el contenido de azúcar en ellas es el más alto. Su sabor es dulce y perfecto para después de una comida salada
Vinos de uva pasificada
Para hacer estos, las uvas son sometidas a un proceso previo de pasificación donde pierden hasta el 70% de su humedad para luego ser vinificadas.
Vinos de hielo
Para elaborar este tipo de vinos, las uvas se dejan congelar estando aun en la viña. Luego son vendimiadas y prensadas antes de ser descongeladas y obtenemos un vino muy dulce y aromático.
Vinos de podredumbre
Se obtienen tras el efecto del ataque a las viñas del hongo noble Botrytis Cinerea, el que en muchos lugares es añadido intencionalmente a los viñedos para que las uvas se sequen, marchiten, pierdan humedad y se concentren las azúcares.
Vinos fortificados
Estos son aquellos a los que se adiciona alcohol vinícola. En algunos de ellos esto ocurre mientras todavía existe cierta cantidad de azúcar de la uva aun sin fermentar.
Citli Toribio
Fuente: Gastrolab
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