El periodismo culinario ha cambiado mucho en los últimos años. Aunque ha aprovechado las ventajas que le da internet, este también le fuerza a ser más firme evitando bulos.
El auge que el mundo de la gastronomía ha experimentado en los últimos años tiene reflejo en numerosos ámbitos. Uno de los más destacados es el de los medios de comunicación, que cuentan con diversos espacios especializados en radios, televisiones y prensa para informar sobre un elemento inseparable de la cultura española.
En el último Congreso de Periodismo de Huesca, celebrado en el mes de marzo, se abordó la labor de los profesionales de la información en esta área en una de sus ponencias. Joxe Mari Aizega, director general del Basque Culinary Center, explicó que ese apogeo de la gastronomía se ha basado principalmente en el trabajo de los grandes cocineros, "que entendieron muy bien la fuerza de la comunicación", recordando que el centro ha puesto en marcha un máster en Comunicación y Periodismo gastronómico con el fin de formar profesionales 360 grados, que "entiendan la sociedad y sean capaz de identificar historias" para contarlas de forma atractiva y a través de diversos canales.
La inmigración y la globalización que permite internet también se pusieron sobre la mesa como dos cuestiones que han abierto múltiples ventanas a culturas que antes eran inalcanzables. "Ahora buscas en Youtube un tutorial y todo el mundo puede cocinar, solo es necesario que tengas la inquietud para aprender", indicó Sofía Janer, creadora de contenidos, chef y exconcursante de Masterchef.
A este respecto, Mikel Iturriaga, director de El Comidista, subrayó la "interacción" y la creación de una "comunidad" que se produce gracias a lo digital, resaltando que el periodismo gastronómico ha conseguido perder ese tono "espeso" y parecer más vivo; además del hecho de que se puede abordar cualquier aspecto, como la política o la cultura, desde la comida y que, de algún modo, se ha conseguido tener "una visión más social de la gastronomía".
Un cambio "radical"
No obstante, la situación de la prensa de este sector ha experimentado un cambio "radical", en palabras de Miguel Ángel Almodóvar, sociólogo, investigador, periodista y divulgador especializado en nutrición y gastronomía, quien apunta que la comparación entre sus inicios en la profesión y la actualidad resulta "casi imposible". "El periodismo gastronómico de hace unas décadas lo realizaban escritores de sólida formación intelectual y profesional, mientras que hoy se ha convertido en una práctica amateur donde todo y todos tienen cabida", agrega.
Otro de los puntos en los que el experto pone el foco se basa en que "el periodista gastroculinario de antaño era alguien contratado por un medio que le retribuía adecuadamente y, en consecuencia, controlaba minuciosamente la calidad de lo comunicado; mientras que, ahora, el supuesto comunicador crea el medio en un 'plis plas' mediante un blog, una cuenta en redes o alquilando un espacio radiofónico; escribe o habla de lo que le parece, en un alto porcentaje desde la sima de la ignorancia, y con frecuencia distorsiona lo que le conviene o, más específicamente, conviene a su cliente", resume Almodóvar.
El profesional no considera que los medios apuesten de forma clara por la gastronomía, subrayando que "los especializados están lastrados por la perspectiva del negocio, de manera que se exalta a quien paga y se ignora, salvo excepciones, a quien no lo hace; mientras que, en los generalistas, también, salvo algunas singularidades, se imponen los dictados de la moda y el seguidismo de acontecimientos que no suelen tener más fuste que el derivado de su inversión en publicidad". Con respecto al lector, afirma que "no tiene la menor posibilidad de digerir los aluviones de información con los que se le bombardea y carece de instrumentos para verificar si lo que está ante sus ojos o pabellones auditivos es información o mera publicidad encubierta".
Un punto que se relaciona directamente con el de los bulos o 'fake news', en el que desde diversos ámbitos se reclama a los responsables de los medios un mayor compromiso para evitar su propagación, sobre todo con los contenidos relativos a la nutrición, que pueden tener una incidencia directa en la salud de la población. Almodóvar cree que se debería hacer más, pero que "el medio sabe que si lo intenta no conseguirá mucho más que predicar en el desierto". "En nuestra sociedad líquida 'baumaniana', en la que las realidades sólidas se han desvanecido para dar paso a un mundo donde prima la provisionalidad, la precariedad y el diletantismo, lo que el público exige son novedades y portentosos prodigios. La opinión rigurosa y científica se considera elitista o, directamente, se ningunea y se atiende con total preferencia, especialmente en cuanto a dietas o alimentos ‘milagro’, a la última insensatez que se le haya podido ocurrir a una actriz o modelo de fama", concluye el periodista.
NICOLÁS LÓPEZ
Fuente: Heraldo.es
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