Preparar pasta rellena es algo más complejo que cocinar unos macarrones o espaguetis, pero se te hará más sencillo tendiendo en cuenta algunos consejos
Los raviolis son uno de los tipos de pasta más populares, originarios, cómo no, de la gastronomía italiana. Su nombre hace referencia a un tipo de pasta rellena, de forma cuadrada y con una multitud de posibilidades de sabores que añadir a su interior.
Los raviolis están buenos y, además, prepararlos es un plan muy divertido y algo 'manitas', pues no es tan sencillo como cocinar unos macarrones o espaguetis. Sabemos que hay muchos tipos y variedades de raviolis comercializados en los mercados, pero nada sabe mejor que una pasta rellena hecha en casa desde cero, así que si eres fan de los raviolis y quieres prepararlos en casa, no olvides seguir ciertos trucos que te explicamos a continuación.
Lo primero y fundamental es la pasta, que podremos comprar ya elaborada o prepararla fresca en casa. Para elaborarla nosotros mismos mejor será contar con una máquina de hacer pasta, aunque no es indispensable pues podemos emular el resultado con un rodillo.
Harina y huevo servirán para elaborar unas finas láminas de masa que resulta fundamental trabajar ágilmente para evitar que ésta se seque y endurezca. También es muy importante que, a la hora de manipular la masa, tanto esta como la superficie estén espolvoreadas de harina pues sólo así evitaremos que la masa se pegue y rompa. Si optamos por comprar la pasta ya hecha, tendremos que dejarla a remojo durante unos minutos para que sea más fácil trabajarla.
Los siguientes pasos consisten en cortar y rellenar. O rellenar y cortar, porque cada maestrillo tiene su librillo. Hay quien opta por, primero, obtener los pequeños cuadrados (o círculos) y luego poner el relleno; y otros que en primer lugar colocan los rellenos y después, cortan los raviolis.
La primera opción es la más indicada para asegurarnos el desperdicio cero de masa y, por ello, es la que recomendamos seguir. Pero, elijamos la que elijamos, hay que tener en cuenta no rellenar en exceso para que no sobresalga el interior a la hora de cerrarlos. Para cerrar el ravioli se pueden también seguir dos técnicas: poner una lámina sobre otra (y el relleno en medio); o cerrar una lámina sobre sí misma con el relleno dentro.
Para rellenar los raviolis hay opciones clásicas e infalibles, pero también otras más novedosas para 'veggies' o amantes de la carne y el pescado
Sea cual sea la opción elegida, deberemos asegurarnos de que no quede aire en el interior y presionar bien los extremos e incluso aplicar unas gotas de agua para asegurar el correcto sellado ya que esta actúa a modo de pegamento. Si queremos un resultado más bonito nos podemos ayudar de un tenedor para 'decorar' el cierre.
Asimismo, y al hilo del tamaño, conviene recordar que la masa aumenta el volumen durante la cocción, así que habrá que ser comedidos con el tamaño de cada unidad.
Ideas para el relleno
Ya hemos adelantado antes que existen múltiples sabores con los que rellenar nuestros raviolis. Tenemos opciones clásicas como el infalible pesto (que también podemos comprar o preparar nosotros mismos), las setas u hongos, el queso ricotta acompañado de espinaca cocida o de tomate seco, o la opción carnívora de carne picada aderezada al gusto.
Sin embargo, los raviolis podemos rellenarlos con (casi) cualquier ingrediente. Si nos gusta el pescado, no podemos dejar de probar el relleno de atún, de salmón ahumado o de relleno de txangurro. Los intensos, por su parte, pueden probar con picadillo de morcilla o de chorizo. Los 'veggies' tienen a su alcance un montón de opciones saludables como la calabaza, o, simplemente un pisto de verduras.
Fuente: Diario Vasco
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